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Descubren en la ría maliayesa gusanos de trompeta, los primeros en más de 20 años

El anélido vive enterrado en el sedimento, en el interior de un estuche cónico que él mismo fabrica con granos de arena y restos de conchas

Dos ejemplares de gusano de trompeta colectados en la ría. V. ALONSO

El "Lagis koreni" un anélido poliqueto de la familia Pectinariidae (un grupo de gusanos marinos), conocido vulgarmente como gusano de trompeta, ha sido colectado en la ría de Villaviciosa por el mariscador Andrés Pérez Cuétara e identificado por la bióloga María Nuria Anadón Álvarez, catedrática de Zoología de la Universidad de Oviedo. La relevancia del hallazgo radica en que este invertebrado llevaba más de veinte años sin verse en el estuario maliayés, donde antiguamente era muy abundante.

Anadón explica en su descripción del anélido el porqué de su peculiar nombre: "el gusano de trompeta recibe este nombre porque vive en un tubo largo, de unos cinco centímetros y de forma cónica, formado por granos de arena y restos de conchas, cementados con una sustancia secretada por unas glándulas especiales. El tubo presenta dos salidas, una en cada extremo". La zoóloga añade que "el animal vive en el fondo parcialmente enterrado y con el agujero pequeño hacia arriba. La cabeza está enterrada y con ella excava en el sedimento, detectando partículas alimenticias que bombea con agua hacia el interior del tubo. Las heces salen por el agujero pequeño superior", detalla. Varias especies de peces habituales en la ría de Villaviciosa se alimentan de este gusano.

Biólogos villaviciosinos consultados por este diario, quienes también participaron en la identificación de "Lagis koreni" señalan que "se trata de una especie que hacía muchos años que no se veía, su estatus en la ría es de presencia muy escasa y en zonas muy concretas. Es una muy buena noticia", concluyen, en referencia a su redescubrimiento.

Andrés Pérez Cuétara, quien recogió los ejemplares en la zona de Sebrayu, en la margen derecha de la ría, cerca del delta de desembocadura, se muestra sorprendido por el hallazgo. "Se suelen encontrar entre cuatro y diez centímetros de profundidad, en 'basa' (sedimento) formada por tierra y arena. En otro tiempo, hace ya más de veinte años, eran muy abundantes y era habitual verlos en la ría", manifiesta, "pero en la actualidad es muy difícil dar con ejemplares de este tipo".

En lo que todos coinciden, sorprendidos gratamente por el hallazgo, es en que se trata de una especie escasa, difícil de localizar debido a su tamaño, y que parece que se recupera en la ría de Villaviciosa, un espacio con una gran riqueza de invertebrados.

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