Trece horas pasó el cuerpo de Francisco Montes, un vecino de Villaviciosa de 50 años, en la sauna de la piscina municipal, a la que había accedido en la tarde del miércoles y en la que murió sin que nadie reparase en él hasta que una trabajadora de la limpieza lo encontró hacia las siete y cuarto de la mañana de ayer, poco después de entrar a trabajar. Montes -que padecía diabetes desde pequeño- fue encontrado en la misma postura en la que se supone se sentó en la sauna seca del vestuario masculino, sin señal de que hubiera intentado salir del cubículo o se hubiese producido una caída. Hasta el lugar se trasladó una patrulla de la Guardia Civil para investigar los hechos.

"Avisó el hermano de que no regresaba y de que era habitual que llegara a casa a las diez de la noche", relataron fuentes del cuerpo de seguridad, que destinó una patrulla en la noche del miércoles a buscar a Montes. Una vez en la piscina municipal, los agentes identificaron al fallecido porque llevaba fijada mediante una correa la llave de la taquilla en la que tenía sus enseres y su documentación.

"Pensamos que podía haber ido a tomar algo, pero al ver que tardaba nos preocupamos", aseguraba ayer el hermano del fallecido, Manolo Montes, en el tanatorio de Los Arenales de Oviedo. Así que avisaron al 112 y a la Policía Local. Estuvo buscándolo durante horas, hasta cerca de las tres de la mañana, y después dejó la búsqueda en manos de los agentes. "Fuimos a la piscina y nos dijeron que estaban recogiendo y que no había nadie", relata el familiar, que pidió expresamente que no se utilizaran las fotos de su hermano para no empeorar el estado de su madre, muy afectada por lo sucedido.

Manolo Montes no quiere aventurar lo sucedido "hasta el martes que nos den los resultados de la autopsia", pero "como era diabético sospechamos que pudo haber sido un coma hipoglucémico. Todo el mundo nos está diciendo que es una negligencia, pero hay que esperar a ver. No sabemos si mi hermano hubiera podido sobrevivir, pero no tendría que haber sido así".

Isidro Fernández, jefe del servicio de centros deportivos de Aqualia -que gestiona la piscina maliayesa- relata cómo debieron ser los hechos el día anterior. La entrada de Montes quedó registrada a las 16.15 horas, pero la trabajadora de la recepción se había levantado un momento y no le vio, con lo que tampoco pudo echarle de menos. A las 16.30 horas accedió al gimnasio y a las 18.00 se cree que se introdujo en la sauna seca del vestuario masculino. La mala suerte quiso que nadie más usara este servicio de la piscina en toda la tarde.

El protocolo que siguen los trabajadores de la instalación deportiva antes de cerrarla es, según describió Fernández, acceder a los vestuarios y preguntar en voz muy alta si queda alguien en el interior. Para las 22.30 horas, cuando la trabajadora realizó esta operación, Montes ya llevaba cinco horas y media en el interior de la sauna, presumiblemente fallecido.

Fue entonces cuando la sauna del vestuario masculino fue apagada desde recepción y la piscina cerrada hasta el día siguiente. Pese a que no ha trascendido el resultado de la autopsia, que se le practicó en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo, fuentes de la Guardia Civil explicaron que el cadáver no tenía "signos externos de violencia".

La piscina de Villaviciosa permaneció ayer cerrada durante toda la mañana, ya que sus gestores tuvieron que contratar a una empresa externa para realizar una desinfección especial de la sauna. Fueron muchos los usuarios que, desconocedores de lo sucedido, intentaron acceder a las instalaciones deportivas, quedando muy sorprendidos al enterarse de tan desafortunado suceso.

El equipamiento retomó su funcionamiento normal por la tarde y la Alcaldía de Villaviciosa solicitó informe al coordinador de Deportes y a la concesionaria del servicio respecto al hecho producido. El Ayuntamiento quiso, por otra parte, expresar su pesar por el fallecimiento de Montes y expresar sus condolencias a la familia, "quedando a su disposición para todo aquello que resulte necesario".

Francisco Montes Carneado, hijo de Manolo Montes, un veterinario muy conocido de Villaviciosa, habría cumplido ayer 50 años. Había regresado hacía poco tiempo a su localidad natal después de vivir en Castilla y León durante bastantes años. No en vano, era socio de la piscina municipal desde hacía apenas dos meses y fuentes de las instalaciones deportivas indicaron que tenía carné de prejubilado. Era una persona muy conocida en la Villa, aunque muchos le habían perdido la pista por haber estado tiempo fuera.