"Buscamos serenidad". Con estas palabras inició ayer su intervención en la iglesia parroquial de Villaviciosa el sacerdote Juan Hevia, amigo y compañero escolar de Francisco Montes, el vecino de 50 años que el jueves fue hallado sin vida en la sauna seca de la piscina maliayesa. Sus amigos y familiares se han quedado "paralizados, de piedra" ante un suceso tan inesperado, una muerte "en la entrada de la madurez de la vida", añadió Hevia.

Montes habría cumplido el jueves 50 años. Desde que se introdujo en la sauna hasta que una limpiadora encontró su cuerpo sin vida pasaron trece horas. "Las circunstancias habrán de aclararse a la mayor brevedad posible", reclamó Hevia, quien no supo "qué pedir" y parafraseó la primera de las lecturas elegidas para el inicio de la ceremonia. "Me han arrancado la paz", repitió el sacerdote antes de recuperar otra frase de la segunda lectura: "Dios mío, por qué me has abandonado".

Describió a Montes como "un amigo, un hijo, un hermano, un tío y un amigo, con mucha vida por delante", alguien que "había regresado a sus raíces" después de años trabajando fuera, en Castilla y León, y que siempre estaba "sembrando simpatía" allá donde iba. El fallecimiento de Francisco Montes deja "muchas preguntas" sin respuesta, y no sólo las relativas a las circunstancias de la muerte (que la familia espera esclarecer en cuanto tengan el informe de la autopsia, el próximo martes) sino otras de tipo más espiritual. "Dónde queda todo", se preguntó Juan Hevia, para quien este tipo de sucesos "ponen a prueba" a las personas.

La iglesia de Villaviciosa se quedó ayer realmente pequeña para acoger a todos los amigos y vecinos que quisieron darle el último adiós a Francisco Montes, miembro de una familia muy conocida e hijo del veterinario Manolo Montes, ya fallecido. La madre, María Elena Carneado García, no pudo asistir al funeral por la inmensa tristeza que comparten el resto de los familiares. El hermano, Manolo Montes, estuvo visiblemente emocionado durante todo el funeral, muy arropado por sus seres queridos en todo momento. Tras la ceremonia, de cuerpo presente, los restos mortales de Francisco Montes fueron incinerados.

Además de amigos y vecinos de Villaviciosa y de otras poblaciones, a la despedida asistió el alcalde, Alejandro Vega, quien transmitió su pésame a la familia, a la que también acompañó por la mañana en el tanatorio. El regidor trasladó al hermano del fallecido que el Ayuntamiento está "a disposición de la familia" y que se hará "todo lo que sea necesario para aclarar las circunstancias y las responsabilidades, si las hubiera". Si las hay o no será algo que determinará en buena medida el resultado de la autopsia que el Instituto de Medicina Legal de Oviedo está realizando. El informe se trasladará en primer lugar a la familia y luego a la concesionaria de la gestión de la piscina, la empresa FCC Aqualia, que a su vez deberá comunicarlo al Ayuntamiento de Villaviciosa en el contexto del expediente que ha abierto el Consistorio al respecto y en el que se lo han requerido formalmente. Los siguientes pasos dependerán de lo que se desprenda de la investigación.

Lo sucedido está en todos los corrillos de la Villa, en los que muchos no comprenden cómo no se comprobó si quedaba alguien en el interior de la sauna, tampoco cuando el hermano del fallecido, que sabía que había ido a la piscina, acudió a buscarle allí.

Según ha podido saber este periódico por fuentes de la empresa, el protocolo que se sigue para proceder a cerrar las instalaciones es asomarse al vestuario y gritar en voz muy alta si continúa alguien en el interior.