"Pensé que era una piña, pero al cogerla pesaba mucho y pensé '¿qué ye esto?', y ya me di cuenta de que lo que tenía en la mano era una granada". Iván Hevia no se podía imaginar que durante su paseo matinal del domingo se iba a topar con una granada de la Guerra Civil. Y eso que la zona, en Riviellas (Grado), cuenta con una amplia infraestructura militar de la época, conocida como la Ruta de las Fortificaciones, por eso no es extraño que aparezca este tipo de armamento. Los Tedax de la Guardia Civil se hicieron cargo de la granada.

Todo ocurrió hacia las diez y media de la mañana de ayer cuando Hevia, junto a su amigo Juan Luis Cantero, buscaban imágenes de las trincheras para mostrar en su canal de Youtube ("Mi tiempo libre"), donde es conocido como "cazatesoros" por sus buenas dotes con el detector de metales. Ayer iba sólo con la cámara. "Estábamos buscando las trincheras para hacer un vídeo porque me gusta un montón el tema de la guerra por mi abuelo, que me contaba historias, y porque me lo pidieron los seguidores del canal, pero no las encontrábamos, y ya cuando nos íbamos fue cuando la encontramos", señala.

La granada de mano estaba intacta, oxidada pero con el espolón y el detonador impecables. La volvió a depositar en el suelo por seguridad, llamó a la Guardia Civil y a los pocos minutos apareció una patrulla del cuartel de Grado. Pero hizo falta esperar algo más, ya que fue precisa la intervención de los agentes especialistas en desactivación de artefactos explosivos de la Comandancia de Gijón.

Los expertos tomaron medidas de la granada y se la llevaron para desactivarla con unos cañones específicos o hacerla detonar en un lugar seguro ya que en la zona, cerca de las casas y el ganado, podría suponer un peligro, indicaron. Pese a que los jóvenes insistieron en acompañar a los agentes hasta el lugar donde la harían explotar con una carga, los guardias lo declinaron por motivos de seguridad.

Con la granada a buen recaudo de los agentes, Hevia se mostró satisfecho: "Es una pasada, no lo voy a olvidar en la vida y para mí es una satisfacción personal porque cuando enseñe el vídeo a la gente van a alucinar, estas cosas no se ven todos los días".

Además, Hevia fue prudente ya que la granada, pese al paso de los años, podría haber explotado. Pero esas historias que le contaba su abuelo le pusieron sobre aviso: "Él tenía como un grano negro debajo del ojo de metralla de una granada que les explotó y también por las piernas", recuerda. Una reminiscencia de la guerra para el "cazatesoros" moscón.