El cierre repentino del bar del Hogar del Jubilado de Pravia, adjudicado en el mes de febrero, ha provocado malestar entre los usuarios y en el Ayuntamiento. El local luce un cartel en el que se comunica que está cerrado por falta de existencias y se anuncia que, a partir de mañana (por hoy), el Ayuntamiento se hará cargo del espacio público.

El alcalde praviano, David Álvarez, señala que no han recibido aviso por escrito, aunque sí fue informado de manera verbal: "Deben ceñirse al contrato y al pliego de condiciones, y deberían haber avisado de manera oficial por escrito y con antelación antes de cerrar, para que tuviésemos margen para preguntar al siguiente interesado en la adjudicación o iniciar de nuevo los trámites para sacarlo a concurso público", aclara.

El regidor indica que el cierre se debe a "problemas personales" de las dos adjudicatarias y garantiza que "no se trata de un problema de rendimiento económico porque el bar funciona muy bien y los usuarios están contentos". De hecho, han sido muchos los jubilados que han acudido al Ayuntamiento para comunicar el imprevisto cierre. "Tienen sus hábitos y esto trastoca su rutina", lamenta el regidor.

Álvarez conmina a las adjudicatarias a realizar el cierre según estipula el contrato de explotación que firmaron con el Consistorio praviano y anuncia que en cuanto reciban la petición oficial, iniciarán los trámites para que el bar esté cerrado el menor tiempo posible en beneficio de los mayores. De momento, no prevén sanción alguna.

Y es que los jubilados de Pravia notan el cierre del bar y se quejan. Así lo confirma el presidente de la asociación de jubilados y pensionistas de Pravia, José Manuel Álvarez Rubio "Cheyo". "Nos vienen a preguntar a la junta directiva pero ni nosotros ni el Ayuntamiento tiene la culpa, son desavenencias de ellas y trataremos por todos los medios de que funcione cuanto antes, y así nos lo ha dicho el equipo de gobierno, que agilizarán los trámites lo máximo posible porque esto nos hace una gran puñeta".

Sorpresa y disgusto

Álvarez explica que los jubilados están sorprendidos y disgustados con el imprevisto cierre después de estar "tres meses y medio con el bar cerrado durante la adjudicación, y ahora lo cierran de repente". Una situación que "indudablemente" altera el día a día a los usuarios del local. "Íbamos a hacer un baile el día 15 y ya no podemos y los señores y señoras que vienen no pueden entrar porque la puerta tiene un mando automático que tienen ellas. Al menos que entreguen el mando al Ayuntamiento para que podamos entrar aunque tengamos que ir a los bares cercanos", concluye.