Luis Correa (Madrid, 1956) es violonchelista, al igual que su padre, Enrique Correa, a quien está dedicado el Festival de la Ría que este año cumple seis ediciones organizado por el Ayuntamiento de Villaviciosa y la Fundación José Cardín Fernández. Vinculado a la música desde su nacimiento, empezó a estudiar con su padre con doce o trece años. A los 19 se fue a América a continuar su formación, pasó otro año en París y cinco en Alemania. Hace casi tres décadas que forma parte de la Orquesta Sinfónica de Baleares y confiesa que su pasión es la música de cámara. Ha formado varios cuartetos y en la actualidad está al frente de la Orquesta Camerata San Cayetano, en Palma de Mallorca.
- ¿Es el éxito del Festival de la Ría una prueba de que el gran público se acerca cada vez más a la música clásica?
-Evidentemente hay un periodo clásico de la música, pero es música y creo que la gente ha captado que lo que hacemos no es tan aburrido y tan rollo como a veces tiene fama. Siempre tratamos de dar una posibilidad muy amplia en repertorio del festival: solemos empezar con barroco y romanticismo pero dar cabida también a la contemporánea. Aprovechamos que el Concierto sobre la Hierba de Misiego es más lúdico para hacer temas de cine y otros más distendidos.
- ¿Hay que hacer un esfuerzo por poner la música, como parte de la cultura, lo más accesible posible?
-Creo que hay que llevarlo a escenarios que son accesibles a todo tipo de público y a ser posible de forma gratuita. Siempre he entendido que la cultura, cuanto más gratuitamente la ofrezcas, mejor. Es como si les estuviéramos devolviendo el esfuerzo realizado durante siglos para llegar a confeccionar estas obras de arte. Estas grandes obras maestras, la cultura, es el resultado de muchísimos años de evolución y de esfuerzo, y también lo que más define a la civilización, en mi caso a la occidental.
- Se dan pasos hacia adelante y también hacia atrás, pues la enseñanza de la música retrocede en el sistema público...
-Entiendo que es una aberración terrible haber quitado la música de enseñanza escolar. Oficialmente tenía que estar súper protegido. No me cabe en la cabeza que después de tanto esfuerzo y logros en el campo de la música ahora parece que no importe. Y si no importa la cultura, ¿qué importa? Lo mismo están haciendo con la historia. Las generaciones posteriores serán grandes desconocedores de la historia precedente. Les estamos quitando la identidad a nuestros hijos, el saber de dónde vienes, qué es lo que has conseguido como persona civilizada. No todo puede ser meterse en Google.
- En este sentido, ¿cómo surgió la Camerata San Cayetano?
-La Camerata San Cayetano que hemos formado en el colegio de San Cayetano cuenta cada mes con más de 1.700 alumnos que tiene el colegio. El plan es sacarlo y que haya incluso alumnos de otros colegios que puedan beneficiarse. El centro está regido por la orden de Teatinos y qué bien que el cura superior dijo "a mí no me van a quitar la música, y si la quitan la pongo yo". No quiero decir que en cada colegio de España tenga que haber una orquesta de cámara, pero que no sea cosa esporádica ni de unos pocos.
- ¿Qué papel juegan en este sentido las iniciativas privadas?
-Menos mal que las hay y con una sensibilidad muy buena. Pienso en lo que está pasando en el Ateneo de Villaviciosa en cuanto al apoyo a la enseñanza y la divulgación de la cultura en general y las intenciones de lo que puede pasar. Otra cosa que ha pasado hace poco es la formación de la Banda de Música, una banda importante, de calidad, que mezcla alumnos y gente muy joven con profesionales. Para nosotros es un gustazo, pues vamos a colaborar en el Concierto sobre Hierba, el 22 de agosto, cuando una veintena niños participen en la "Sinfonía de los juguetes".
- ¿Qué papel desarrollarán?
-Esta sinfonía fue compuesta por el padre de Mozart (antes se decía que era de Haydn o de otros autores) y entre los músicos de la orquesta tendremos a unos chavales de entre diez y catorce años, infiltrados, tocando violín, viola y chelo. Y los niños tocarán los juguetes: pajaritos de agua, trompetillas, tamborcitos, cucú, carracas... será muy divertido y los niños se lo pasarán estupendo.
- ¿Qué más podrá ver y escuchar el público en lo que resta de Festival de la Ría?
-Siguiendo con el Concierto sobre la Hierba, empezará con la "Sinfonía de los juguetes" y también tocaremos alguna pieza de Piazzola, compositor de tango clásico argentino muy conocido y querido. Interpretaremos, además, música de cine con algunos pasajes de James Bond y de "El violinista en el tejado". Creo que será un concierto muy agradable de escuchar, como siempre.
- ¿Qué han elegido para los conciertos en iglesias románicas, una de las novedades del festival?
-Es una cosa muy interesante este año, que se trata de la primera vez que hacemos conciertos en las iglesias románicas de Amandi y Bedriñana. Confío en que va a funcionar muy bien, en que el público se va a enterar suficientemente y va a venir. La acústica de las dos iglesias es fantástica y el entorno paradisiaco, creo que será altamente disfrutable. El jueves, día 17, estaremos en San Juan de Amandi con Juan Sebastian Bach y Johan Christian Bach. Será un cuarteto de cuerda y también flauta. La música de Bach en la iglesia siempre es una gozada. El 18 el concierto será en San Andrés de Bedriñana, cerca de la ría. Pablo Suárez y Laura Delgado van a tocar un repertorio de Eugène Ysaÿe, a quien llamaban "el expresionista". Su estilo es similar a Paganini, muy fácil de escuchar, semirromántico. Pablo Suárez grabó el primer disco de "Los Caprichos" de Ysaÿe en esta misma iglesia de Bedriñana y esto va a ser la presentación oficial del disco. Es un tremendo solista que está haciendo una carrera importante.
- ¿Con qué cerrarán el festival el día 24 en el Riera?
-Estaremos también un quinteto de cuerda con Yolanda Montoussé, una magnífica soprano asturiana. El repertorio será todo de música española: zarzuela, Manuel de Falla, una pequeña obrita de mi padre que es una adaptación de un pasodoble...