No me imagino yo a los vecinos de Corias, Carcedo o Reborio intimidando a los turistas mientras pasean por el Bajo Nalón. Tampoco puedo pensar en pintadas de esas con "go home" dirigidas a los foriatos, por las paredes de Riberas, San Esteban o Los Cabos. Hartos de que nos comparen con otros destinos cercanos, y algunos lejanos, creo que en Pravia, Soto y Muros se ha apostado por un modelo turístico en el que la integración de la actividad en la dinámica local es clave. Evidentemente todo es mejorable, pero creo que la verdadera sostenibilidad turística pasa por normalizar la actividad y que ni la población local ni los visitantes vean nada extraño en su entorno y puedan disfrutar de todo lo que le rodea con naturalidad. En turismo no siempre más es mejor, ya que la frontera entre todo o nada se diluye fácilmente.