La Pola tendrá este año Oktoberfest por partida doble. Habrá una fiesta de la cerveza en la plaza cubierta entre los días 12 y 15 de octubre, y otra entre el 27 de octubre y el 1 de noviembre. La razón de esta duplicidad está en el enfrentamiento entre la Sociedad de Festejos de la Pola, presidida por Jenaro Soto, y la empresa Alyan Eventos, que dirige Alberto Díaz a propósito de los derechos de la organización.
Díaz acaba de anunciar que está estudiando emprender acciones legales contra Jenaro Soto -no contra la Sociedad de Festejos, a la que insiste en que no quiere perjudicar- por una presunta apropiación indebida de propiedad intelectual. Según el gerente de Alyan, su empresa organizó la primera fiesta de la cerveza en 2014 con la colaboración de Festejos, a quien había pedido ayuda porque necesitaba un plan de autoprotección que la entidad ya tenía. En aquella ocasión, sostiene Díaz, Soto presentó el proyecto de Alyan en el Ayuntamiento sin un permiso expreso de la empresa. "Alyan Eventos fue el único organizador, puso todos los recursos financieros y humanos".
Al año siguiente, Alyan volvió a organizar la fiesta, y volvió a presentarse su proyecto. En esta ocasión, Alberto Díaz dice que fue víctima de Soto: "me engañó". Y en 2016 volvieron a ir de la mano en la fiesta. Alberto Díaz asegura que en esta ocasión la celebró porque Soto lo puso "entre la espada y la pared" al decirle que Festejos tenía el poder de organizar la fiesta, y que solo podría ir con él. Para 2017, Díaz decidió ir finalmente por su cuenta, y fue así como surgió la duplicidad de la fiesta.
Ahora, Alberto Díaz solo pide que Jenaro Soto reconozca que la autoría de la fiesta es suya, y no de Festejos.
Por su parte, Soto replicó que la invención del Oktoberfest de la Pola se debe "a Ricardo Covelo, que pertenece a la rama comercial del grupo Heineken y es el auténtico impulsor". Aseguró, asimismo, que "Festejos intentó hacer la fiesta en 2013 y no se hizo por no llegar a un acuerdo con los proveedores de cerveza".
Jenaro Soto sostiene que, "al igual que en otras muchas actividades , cuando Festejos contrata a un barraquista para conceder la explotación de una actividad, en absoluto quiere decir que se adueñen de ella los demás".
El presidente de Festejos niega que haya habido engaño en el desarrollo del proyecto sino un contrato por acuerdo verbal. Soto dice que "Festejos cedió en 2015 la explotación del evento a cambio de un dinero que la sociedad no recibió todavía".
Jenaro Soto dice "que todo el mundo puede comprobar los documentos que reflejan que siempre se autorizó a Festejos el evento". A partir de ahí, insistió, la entidad "cedió la explotación a un barraquista a cambio de dinero".
Por otra parte, el presidente dijo que en 2016 la empresa intentaba incumplir las normas exigidas por Festejos. "Todos los expositores sabían que la prioridad era para los socios industriales de Festejos; si era la empresa la que lo organizaba, ¿por qué daba estas condiciones?", concluyó.
