La procesión del Cristo de Candás llenó esta mañana de devoción la capital de Carreño. Una marea de fieles acompañaron al patrón de los marineros en su recorrido anual por la villa, que duró aproximadamente una hora. Lució el sol, a pesar de que la lluvia deslució horas antes la Alborada. El tradicional homenaje a los pescadores fallecidos tuvo que hacerse bajo techo, en la antigua fábrica Ortiz, en vez de en el puerto. La escritora Esther García, "poetisa del alba" de este año, dedicó sus palabras "a los hombres de la mar" y pidió a Candás "que nunca apague la luz de su memoria".

La misa del día grande de las fiestas del Cristo de Candás estuvo oficiada por el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez. El prelado, de raíces asturianas, dijo, ante una iglesia de San Félix abarrotada de público, que "Dios nos abraza y nos abraza a todos, sea cual sea nuestras ideas, historia y pecados".