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El Romanón juega por Dani

Los prebenjamines de Segunda del club estrenan la Liga con camisetas de apoyo al entrenador Daniel Suárez, ingresado con leucemia

Los jugadores de prebenjamín del Romanón levantan el brazo en señal de apoyo a Daniel Suárez. MANUEL NOVAL MORO

La Liga de Segunda prebenjamín de fútbol sala comenzó ayer en el nuevo polideportivo municipal de Pola de Siero con un enfrentamiento entre los equipos del Club Deportivo Romanón y con una ausencia notable: la de Daniel Suárez, el entrenador de uno de ellos, que ingresó el pasado lunes en el Hospital Universitario Central de Asturias (Huca) para ser tratado de una leucemia.

Es el segundo ingreso hospitalario del entrenador, nacido en la Pola hace veinticuatro años, y el club ha querido darle muchos ánimos para que se recupere pronto y pueda estar otra vez donde le gusta: a pie de pista disfrutando del fútbol.

Los niños salieron al campo cogidos de la mano y formaron en el medio campo para saludar y, además, mostrar las camisetas que habían realizado para la ocasión, con la leyenda "Somos Dani" y el dibujo de un brazo fuerte. Fue un gesto con el que el club ha querido infundirle fuerza y mostrarle que todo el mundo está con él.

Tras el saludo protocolario, los niños de los dos equipos posaron con el brazo en alto bajo una guirnalda de globos colocada para la ocasión en el fondo de la pista, y repitieron los ánimos transmitidos al entrenador.

A continuación, jugaron el partido. El equipo de Daniel Suárez, el Prebenjamín C, entrenado por Alfonso Alonso, se enfrentó al Prebenjamín A, entrenado por Belarmino Alonso.

Y aunque este fue el gesto más especial, porque se trataba de los jugadores a los que le correspondía entrenar a Daniel Suárez, el homenaje no terminó con este partido.

Todos los equipos de sala que disputaron sus partidos en casa salieron al campo con la camiseta de apoyo al entrenador, y a lo largo de toda la jornada se le proporcionaron palabras de ánimo y muchos aplausos.

Daniel Suárez comenzó a entrenar en el Club Deportivo Romanón hace cuatro años, después de haber estado con anterioridad dos temporadas en el Condal C.F. de Noreña.

Desde que aterrizó en el club, ha demostrado una pasión sin límites por el fútbol, no solo en el trabajo con los chavales, al que se dedica con un entusiasmo más que notable, sino también como espectador.

En las últimas temporadas ha sido raro no verle en las gradas durante los partidos que disputaba cualquiera de los equipos de sala de su club.

Siempre se ha confesado un enamorado de este deporte y no deja de demostrarlo todos los días, ya sea entrenando o como espectador.

Además, sus compañeros destacan, por encima de sus capacidades como entrenador, su condición de buena persona, su buen carácter y el buen ánimo que demuestra en todo momento. Por todo ello, el club solo espera poder verlo dentro de poco tiempo dando rienda suelta a su pasión, a pie de cancha con su equipo de pequeños.

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