La cosecha de figos se adelantó tanto este año en Rozaes (Villaviciosa) que en la feria de ayer, la cuarta que organiza la asociación vecinal, tuvo más presencia la repostería y la conserva que la fruta fresca. Por otra parte, el orbayu de la semana anterior hizo que muchos frutos se perdieran, desembocando ambos factores en una mengua de la cosecha a la mitad aproximada, con alrededor de 250 kilos a la venta.

Esto fue lo que recolectó el colectivo vecinal y la estimación que hizo Loli Díaz, al frente del mismo. "Vinieron muy adelantados, en agosto. Y el orbayu de esta semana hizo que muchos se ardieran", describió la vecina, contenta de todos modos porque la cosecha final fue mayor de lo que esperaban. También los vendedores particulares acusaron esta merma y llevaron "muchos menos que el año pasado", añadió Díaz. Con todo, la feria fue un éxito rotundo de afluencia: casi cuarenta puestos, visitas a antiguos molinos, la posibilidad de mayar sidra, la animación y las actividades infantiles hicieron de Rozaes un auténtico hervidero de gente. La asociación vendió el kilo a cuatro euros y en el puesto de la fruta fresca también se podían comprar árboles: los pequeños a diez euros y los otros a quince y se vendieron "muy bien". Lo que también se despachó con fluidez fueron las conservas y la repostería. "Siempre nos queda escaso. Pero es todo casero y hacemos lo que podemos, ¡no damos abasto!", explicó Eva Solares, secretaria de la asociación, en el puesto más goloso. Los vecinos elaboraron tartas, bizcochos, galletas, rosquillas y preparaciones de todo tipo con el figu como protagonista, además de mermeladas y confituras varias. Con naranja, con vino y este año, por primera vez, una con membrillo y otra con piescu roju. Toda la fruta, eso sí, recogida en Rozaes, como destacó la joven vecina Uxa Olaya Arboleya.

Además de la fruta reina y todos sus preparados, en Rozaes también hubo productos de la huerta maliayesa. La procedencia del nombre del concejo, que significa "tierra fértil", hace gran justicia a las frutas, verduras y hortalizas que crecen en puntos como Camoca y que ayer se pudieron comprar en la feria de Rozaes. Fernando Amandi, de Los Caserinos, acudió a la cita y se mostró "contento" con la marcha de las ventas, mejor a medida que transcurría la mañana y el ambiente se iba animando. A quien el hambre asaltó en plena feria y le apetecía más salado pudo acercarse al puesto en el que la asociación vecinal preparó tortos con quesu y figos, con picadillo o con los tres ingredientes juntos.

Y para calmar la sed nada mejor que un poco de sidra del duernu, mayada en directo ante la atenta mirada de los visitantes. Más de uno se animó a machacar la manzana con sus propios brazos, experimentando una técnica que ha sido sustituida por la maquinaria. Fueron muchos los niños que se acercaron a por sidra dulce y también los que participaron en el juego "La gueta los figos". en el que a través de un mapa del barrio de Piñera tuvieron que localizar cinco corchos hasta formar la palabra "figos". Cuando lo lograron, un integrante del colectivo les deleitó con un regalo.