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Tragedia sobre el césped

Pocos hechos ha habido en la historia del deporte asturiano como la muerte - súbita de varios jugadores que perdieron la vida en el terreno de juego

La muerte súbita de varios futbolistas españoles los últimos años ha sensibilizado a las aficiones de los clubs, hasta el punto de dedicarles cada domingo en un minuto determinado un aplauso a modo de recuerdo.

En España, recordamos los casos de Puerta, jugador del Sevilla, que murió el 25 de agosto de 2007, y el de Jarque, del Español, que murió en agosto de 2009, ya en el hotel donde se alojaba el equipo en Florencia. En Asturias también tuvimos cuatro fallecidos de forma repentina en Luarca (1933), Mieres (1947), Tuilla (1953) y El Berrón (2002). Se da el caso de que tres de ellos eran porteros.

Nilo Cuesta, portero del Oviedo y de la Sportiva Ovetense, falleció en Luarca el 13 de septiembre de 1933. Fue en un partido de carácter local, una "pachanga" veraniega en la que seguro que reforzó a alguno de los dos equipos contendientes: el S.C.Pontigas, (es probable que se trate del Pontigón), y el equipo de Tol (Navia), según una información del diario "Avance".

Nilo Cuesta perteneció a la plantilla del Real Oviedo en la temporada 1931-32. Jugó un sólo partido contra el Sporting en una época en que Óscar era el titular indiscutible del conjunto. Cuesta era muy apreciado en todo el concejo de Valdés y a su sepelio asistieron numerosos representantes de entidades deportivas del occidente asturiano.

El 23 de noviembre de 1947 , pronto hará 70 años, se disputaba en Mieres un partido de fútbol modesto entre el equipo local, San Juan, y el Tudela de Agüeria, en el campo de Las Moreras. El guardameta local José Luis Pardo Fernández, conocido familiarmente como "Cuco" caía al suelo repentinamente, asistido inicialmente por algunos facultativos que se hallaban presentes.

Fue trasladado a la Casa de Socorro donde horas más tarde fallecía. Pardo era un joven muy conocido en el valle de Turón. Hijo del notable músico Aurelio Pardo y de Pacita Fernández, que en su juventud había probado con fortuna en la zarzuela. El joven Pardo apuntaba cualidades como futbolista y se le consideraba, en poco tiempo, el futuro portero del Caudal.

Su pertenencia a una conocida familia de Turón y la impactante muerte, hicieron del entierro una gran manifestación de duelo comparable a las tragedias mineras. Abrían el cortejo fúnebre las coronas del Caudal Deportivo, el San Juan Deportivo, el Club Veguín, y el Club Estrella, a las que sumaron las de otros equipos.

El 18 de octubre de 1953, otro guardameta, en este caso del Tuilla de Langreo, fallecía a consecuencia de un encontronazo con un rival. Se llamaba Manuel García Mata, tenía 23 años y estaba casado. Se dio la circunstancia de que se había incorporado al Tuilla el día antes del desgraciado partido, cedido por el Langreano.

Su muerte, al igual que la de José Luis Pardo, en el valle del Caudal, conmocionó a todo el valle de Langreo. A su entierro asistieron centenares de personas y una nutrida representación de autoridades deportivas regionales, así como muchos futbolistas de todo Asturias. Dos años más tarde el Tuilla sería noticia deportiva nacional por su sensacional campaña de 1954-1955 después de ganar 19 partidos, empatar 2 y sufrir una derrota, con un balance de 123 goles a favor por 22 en contra.

Otro de los sucesos luctuosos que nos ocupan, el más reciente, tuvo lugar el 18 de noviembre de 2002, cuando en el transcurso de un entrenamiento, perdía la vida en El Berrón (Siero) Sergio Sánchez López "Pepío" miembro de una familia de origen andaluz. Sergio cayó fulminado después de realizar unas carreras. Fue trasladado con urgencia en una UVI móvil pero nada se pudo hacer por su vida. Tenía 18 años y el hecho al igual que los anteriores citados de Mieres y Tuilla causó conmoción en toda Asturias.

En definitiva, fueron cuatro muertes súbitas que arrancaban de cuajo a otros tantos jóvenes deportistas asturianos. En la actualidad con la implantación de desfibriladores en los recintos deportivos es posible evitar en buena medida este tipo de desenlaces repentinos que afectan a los deportistas.

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