El panorama pinta feo para los nuevos productores de manzana de sidra de Villaviciosa, que temen que su cosecha acabe pudriéndose en el suelo por falta de compradores. Algunos, como el emprendedor Jonás Suárez, se plantean incluso abandonar la actividad si el Principado no toma medidas urgentes para evitar que los lagares importen manzana de fuera mientras la autóctona se pierde en los praos.
Súarez plantó hace dos años más de doscientos manzanos en una finca familiar de Rozaes y calcula que empezará a sacarles rendimiento, si las plagas no lo impiden, dentro de poco más de un lustro. "¿Para qué cultivo una hectárea y media de manzanos si no va a haber quien me compre la producción? ¿Qué futuro nos espera?" se pregunta este maliayés de 24 años de edad. Mientas tanto, sigue acumulando gastos: a los más de 1.400 euros que costaron los plantones hay que sumar el abono, la mano de obra y las trampas para plagas y ratones como los que el año pasado le acabaron con diez árboles.
Por eso, Suárez será uno de los muchos cosechadores independientes que mañana se reunirán a mediodía frente al Ayuntamiento de Villaviciosa para solicitar a la administración que tome medidas para proteger la manzana de sidra autóctona. El encuentro servirá para dar un primer paso hacia la constitución de una asociación que defienda los intereses de al menos una treintena de agricultores locales. En la reunión también participarán productores como Javier Fernández Sopeña, que ayer solicitó "el apoyo de todos los vecinos". "Si se dejan de plantar manzanos, las fincas se perderían comidas por la maleza", coincidía su compañero José Ángel Poladura.
La Asociación de Vecinos de Rozaes, pueblo en el que se cosechan más de 500.000 kilos de manzana, pide a los empresarios maliayeses que mañana muestren su total apoyo secundando la reunión. La presidenta del colectivo, Eva Solares, señaló que "los comerciantes y hosteleros de la capital manzanera de España deberían dar un paso al frente en señal de apoyo a los productores que se concentran frente al Ayuntamiento para que se les garantice la recogida de la cosecha. Creo que un simple gesto puede cambiar o remover algunas conciencias", concluyó.
Por su parte, los pequeños productores sostienen que el excedente de esta cosecha es muy superior al 5% que el miércoles reconoció el director general de Agroalimentación, Jesús Casas, tras mantener una reunión con representantes de lagares y cooperativas. "Le invitamos a que venga a dar una vuelta por Rozaes y contraste la información", apostillaron. Los convocantes de la reunión afean a los lagareros de la región que importen manzana de fuera; además, reclaman a la administración regional que tome medidas urgentes para evitar que la fruta se pierda por falta de compradores. En este sentido, proponen que el Principado subvencione la actividad, de tal forma que al lagarero le cueste lo mismo comprar un kilo de manzana local que uno foráneo, este último hasta ocho céntimos más barato actualmente, "pero de más baja calidad".
Otra propuesta es la de que las etiquetas de las botellas de sidra especifiquen el porcentaje de manzana asturiana. Asimismo, reclaman un censo de pomaradas para controlar la producción, que a su juicio crecerá exponencialmente cuando las plantaciones jóvenes empiecen a producir.
