Son las siete menos cuarto de la tarde. El cielo oscurece, arrecia la lluvia y la sensación térmica está por debajo de los 10 grados cuando el 112 recibe una llamada de socorro: una mujer desesperada pide auxilio después de perderle la pista a su marido horas antes: "Es alcohólico, padece una dolencia cardiaca y tiene problemas psiquiátricos". No le han visto desde por la mañana y el último rastro le sitúa en el parque de La Cebera de Lugones, lugar que frecuenta y al que llegó en coche. Teme por su vida, ya que puede no haberse tomado la medicación. Al lugar del suceso se desplazan diferentes cuerpos de emergencias que logran dar con el desaparecido: está vivo y en buen estado.

Afortunadamente, éste no es un caso real, "aunque tiene todos los ingredientes para serlo". Se trata de un simulacro organizado ayer por Protección Civil de Siero en las veinte hectáreas del parque de La Cebera de Lugones. "Por condiciones y terreno es el lugar perfecto para este tipo de ejercicios", explica Jairo Tuero, coordinador del cuerpo en el concejo.

Sólo nueve minutos después de finalizar la llamada al 112 aparecen los primeros efectivos: una patrulla de la Guardia Civil. Ocho minutos más tarde, en el aparcamiento del parque sierense ya se les han unido miembros de Protección, Policía Local, Policía Nacional, Cruz Roja y del Servicio de Emergencias del Principado (Bomberos y la unidad canina de rescate). "Ninguno de los agentes que está aquí estaba preparado. Sólo los mandos sabían del simulacro", explica Laura Gutiérrez, voluntaria de Protección Civil y encargada de hacer la llamada que inició el protocolo de búsqueda.

La primera determinación que toman los miembros del 112 es crear un grupo de Whatsapp en el que se integran todos los cuerpos presentes. Por allí podrán comunicarse y, a través del servicio de mensajería, compartirán una foto del desaparecido para que todos puedan identificarlo. Se dividen las tareas y, poco a poco, los efectivos se van preparando para salir a la búsqueda.

A las siete y cuarto, sólo media hora después de la llamada, Protección Civil ha levantado su tienda de campaña, en la que se reúnen los mandos para diseñar el dispositivo de búsqueda. Apoyándose en un plano del bosque, sectorizan el terreno a rastrear y dividen a todos los cuerpos en tres grupos de trabajo, que llevarán un perro de rescate cada uno. Emprenden la búsqueda sobre el terreno a las ocho menos cuarto.

"Lo hemos encontrado", comunican por radio a las ocho y media, una hora y tres cuartos después de la llamada de auxilio. La ambulancia de la Cruz Roja cruza el parque hasta llegar al desaparecido, que está sano y salvo.

"El ejercicio fue mejor de lo esperado. La compenetración entre los cuerpos fue buena y vino bien por si tenemos que poner en marcha un dispositivo de este estilo", resalta Tuero tras el rescate, en el que el papel de desaparecido fue "interpretado" por su antecesor al frente de Protección Civil en Siero, José González. "Esta perfectamente, lo dejamos bien equipado", sonríe con la confianza del trabajo bien hecho.