Sus más de 90.000 seguidores en redes sociales, en las que se mueve como pez en el agua, le posicionan como uno de los economistas más influyentes del país. Gracias a su repercusión, este palentino criado en Madrid, ha adquirido una proyección internacional que, en un futuro próximo, le hará cambiar las aulas de la Universidad de Alcalá de Henares, en las que ejerce como profesor, por las de una universidad americana. Precisamente por esto aboga José Carlos Díez, por abrirse al extranjero, y sobre ello hablará hoy (19.15 horas), en la Casa de Cultura de Lugo de Llanera, en una conferencia -"Asturias, retos en la era tecnológica"- promovida por la Fundación Anastasio de Gracia.
- Afrontar la era tecnológica, ¿es un reto o una obligación para Asturias?
-En el mundo se están produciendo cambios en los que los asturianos no pueden influir, y la única opción es adaptarse. A los países o regiones que se adapten antes les irá bien; los que no, tendrán problemas.
- ¿Existe una fórmula mágica para ser de los primeros?
-Lo primero que necesitamos para adaptarnos a este mundo es tener un plan: saber hacia dónde vas y por qué. El segundo paso es ir rápido.
- ¿En qué punto están España y Asturias en este sentido?
-En ambos casos hay pocos planes, y van muy lentos.
- ¿Esto debemos achacárselo a los gobiernos o a los empresarios?
-Prioritariamente son los empresarios quienes deben acoplarse a esta nueva realidad, pero también es cierto que necesitan un entorno que les favorezca: trabajadores formados y con experiencia, buenas comunicaciones... Asturias ya tiene lo primero. Quizás debería mejorar más lo segundo.
- ¿Como, por ejemplo, el tren de alta velocidad?
-La clave en este mundo global es la conexión aérea. Sobre todo la conexión con Europa y América. Es la clave para poder hacer negocios en un entorno exterior. Luego, el AVE ayudaría en el turismo, sobre todo el de fin de semana, y también para hacer negocios con Madrid.
- ¿Hacia dónde debe caminar la economía asturiana, hacia los servicios o hacia la industria?
-Creo que en Asturias hay mucha tradición industrial mecánica. Y es necesaria, pero estamos en un mundo que va hacia una industria digital. Creo que es lo que haría falta. También posicionarse en áreas donde hay más crecimiento, como Asia, África y América Latina. No obstante, Asturias no está tan mal. El empleo crece por debajo de la media nacional, pero a mayor ritmo que en Europa.
- ¿Esto es fruto de una mala gestión de los fondos para reconvertir la industria? ¿Está condenada Asturias a fabricar bobinas de acero y no tornillos milimétricos?
-Si sigues haciendo bobinas de acero es porque ha mejorado tu productividad y eres competitivo. Pero hay que mirar hacia adelante y apostar por los cambios tecnológicos, como, por ejemplo, el caso de las energías renovables.
- Iberdrola acaba de anunciar el cierre de la central térmica de Lada, en Langreo.
-A eso me refiero. Por ejemplo, China y la India ya están haciendo planes para que las nuevas inversiones caminen hacia energías renovables. Y en eso es en lo que hay que pensar aquí; eso sí, sin dejar a nadie tirado. Pero todo ello tiene que estar contemplado en un plan. Si no es así, si seguimos el plan de Rajoy, el de no hacer nada, la mitad de las empresas asturianas desaparecerán.
- Lo cierto es que el 50 por ciento de los trabajadores asturianos se emplea en el sector servicios. ¿Se debe temer esta transformación?
-En absoluto. Asturias ha hecho grandes avances en materia de turismo y hay potencial para hacer mucho más. Hablamos de un sector que está creciendo a un nivel del 5% a escala mundial. Si llevemos a unos chinos a comer a La Allandesa, les gusta y lo cuentan allí... como les dé por venir a los primos... ¡no entramos todos! Pues tienes China, Corea del Sur, Malasia... Ahí hay una oportunidad, no una amenaza.
- Usted es asesor del PSOE, ¿qué valoración hace de la labor de Javier Fernández en la región y en el partido?
-Creo que es un hombre con una visión estratégica y un pragmatismo privilegiado. Los asturianos habéis tenido suerte de contar con él en la peor crisis, y durante el gobierno de Rajoy, que desde 2011 sólo ha invertido 100 millones de euros en el Principado en infraestructuras, frente a los 2.150 que empleó Zapatero entre 2004 y 2011. Esta región necesita más políticos como él para hacer un plan conjunto entre lo público y lo privado.
