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Candamo planta los nueve tipos de fresa con los que aspira al mercado "gourmet"

Los expertos escogerán la mejor variedad autóctona entre los plantones hallados en las huertas locales, tratados por biólogos de la Universidad

La variedad comercial San Andreas. S. ARIAS

Candamo lucha por su fresa autóctona. Los técnicos del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) plantaron ayer las nueve variedades del plantón de la zona que han tratado en el último año. Lo hicieron en el huerto piloto que ha impulsado el Ayuntamiento en Grullos con el objetivo de seleccionar la variedad que mejor se adapte y genere mejores rendimientos productivos. "La idea es que los productores se animen a comercializarla como un producto diferenciado, ya que las que hay en producción son las comerciales. Serían destinadas a un mercado distinto, el gourmet", apunta Marta Menéndez, edil de Agroganadería de Candamo.

El proyecto para recuperar la fresa de Candamo comenzó hace un año, a instancias del Consistorio, cuando los técnicos del Serida realizaron una recogida de plantas entre aquellos vecinos que decían tener el fruto autóctono. El siguiente paso se dio en la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, donde las plantas fueron saneadas de enfermedades y fueron multiplicadas in vitro. En total consiguieron nueve variedades de la raza autóctona que, casualmente, corresponden a los nueve pueblos en los que fueron halladas, apunta Guillermo García, técnico del área de experimentación agroforestal.

En los terrenos del Serida en Villaviciosa plantaron las plantas multiplicadas por los biólogos hasta que les salieron los estolones y enraizaron en macetas. Y ahora tocó plantarlas. Hay 48 plantas de las nueve variedades dispuestas en cuatro riegos, con caballares distribuidas aleatoriamente e identificadas con números, cuyo crecimiento será vigilado con periodicidad.

La investigación para determinar cuál es la mejor variedad autóctona comienza ya. Los técnicos seguirán las pautas marcadas por la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV), que estudiará, entre otros, los hábitos de crecimiento de la planta, el tamaño de las hojas, su disposición, el color de los pétalos, la forma del fruto, su color y brillo o su época de floración. "Son 34 caracteres distintos, además del de producción, para ver cuál tiene mejores rendimientos", explica Guillermo García.

Con esos datos, que estarán disponibles el próximo verano, decidirán cuál de las nueve variedades es la que mejor se adapta a Candamo, para inscribirla en un registro que permita su comercialización. "Se recupera una planta que estaba prácticamente perdida y ahora intentaremos que sea un producto complementario a las variedades comerciales que ya se cultivan", concluye la concejala.

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