Siero lamenta la pérdida de uno de sus hijos predilectos. Llora la muerte de Joaquín Vigil, "el Guaxu", que falleció, ayer, en el Hospital Monte Naranco de Oviedo, a los 92 años. La capilla ardiente está instalada en la sala dos del Tanatorio Siero, de la Pola, donde sus familiares están recibiendo las condolencias de muchos de sus paisanos, que ya han empezado a echarle de menos.

"Era muy entrañable". Así le recuerda Ramón Quirós, director de la Fundación Municipal de Cultura. También destaca que fue un gran conocedor de la cultura de Siero y que siempre estuvo "muy vinculado al concejo". Quirós tampoco obvia su "memoria prodigiosa", que demostraba en su faceta como rapsoda, pues era un amante de la poesía. Además, alaba que siempre estuviera dispuesto a colaborar con las actividades culturales que se ponían en marca en Siero. Por lo que es "una muerte muy sentida", porque "el Guaxu" tenía "mucha empatía en la Pola y era muy querido".

Fue el decano de los cronistas de Siero y escritor, además de colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. "Siguió el día a día de la vida de la Pola, tanto del fútbol, sobre todo, del Club Siero, y de las crónicas sociales", apunta Enrique Meoro, presidente de la Asociación "Amigos del Roble", de la que era socio. "Era uno de esos polesos de los que ya quedan pocos", remarca. Para él era "una persona muy afable y entrañable, que siempre guardaba la compostura y muy querido". También le recuerda como un gran "rapsoda, poeta y muy colaborador".

El fallecimiento de Joaquín Vigil es "una gran pérdida para Siero y para 'Los Cascaos'", remarca Lázaro Polledo, presidente de este colectivo, del que "el Guaxu" era socio de honor desde hace años. Además, a ambos les unía una gran amistad. Polledo destaca de quien fuera hijo predilecto de Siero que era "muy entrañable, educado, afable, siempre alegre y muy familiar", que fue conocido por muchas de las facetas que desarrolló en su vida. Era el viudo de Choni Ortea, a quien "siempre tenía en la boca". "No esperaba su muerte, la verdad", reconoce Lázaro Polledo, que ya echa de menos a su amigo, "una gran persona", que deja un recuerdo inmejorable en la Pola. Por algo le nombraron hijo predilecto de su concejo natal. Decía que ya lo era "desde que estuvo en el vientre de su madre".

Con su amada Choni Ortea tuvo tres hijos: Xuacu Xosé, Daniel y Ramón Vigil Ortea. Tenía una nieta, Carmen Vigil Martínez. Sus familiares no pueden sentirse solos en este luctuoso momento porque los polesos se han volcado en arroparles.

El cadáver será recibido hoy, a las cinco de la tarde, en la iglesia parroquial de San Pedro de la Pola de Siero, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente. Acto seguido, recibirá cristiana sepultura en el cementerio parroquial.