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Ladridos y golpes al hacer las tareas en el hogar, los ruidos que más molestan en Siero

La Policía Local atiende cada vez más denuncias: entre las más llamativas, el canto de un gallo, un reloj y parejas escandalosas en sus relaciones íntimas

Los dos agentes de la Policía Local de Siero encargados de las mediciones, con los sonómetros, en la Pola. MARIOLA MENÉNDEZ

Los ruidos que más molestan a los sierenses son los que ocasionan los perros con sus ladridos y los vecinos en sus rutinas domésticas. Los agentes de la Policía Local que se encargan de las mediciones reconocen que cada vez reciben más denuncias, porque los ciudadanos conocen más sus derechos para no sufrir la incomodidad que supone tener que soportar determinados ruidos. No obstante, estos policías han realizado mediciones de lo más variopinto.

Las más llamativas son las del canto de un gallo, un reloj de pared que tocaba hasta los cuartos o el camión de la basura. Pero tuvieron requerimientos hasta por las relaciones íntimas con demasiada sonoridad de algún vecino, aunque no las llegaron a medir con el sonómetro.

"Las quejas principales son por perros y ruidos de vecinos", explican los agentes. En el primero de los casos suele ocurrir porque muchos animales quedan solos en el piso, cuando sus dueños han de ausentarse, y no paran de ladrar. Aunque también es frecuente que moleste el can de un vecino, aunque se trate de una casa. En el caso de que sea el inquilino de una vivienda colindante quien haga demasiado ruido suele ser por tener el volumen de la televisión o de la música demasiado elevado, por arrastrar mobiliario, por pegar voces u organizar fiestas. Otro dato es que protestan más por vecinos ruidosos en Lugones que en la Pola.

Los agentes indican que "antes había más quejas por bares y establecimientos comerciales", pero también ha tenido que ver, por ejemplo, que la capital sierense perdió bastante ambiente nocturno en la zona del casco antiguo. "La gente está más concienciada y denuncia más", insisten los policías. Es por la tarde y noche cuando los ciudadanos echan en falta más silencio en sus casas y por el día, los ruidos derivan principalmente de la actividad comercial.

El área de disciplina urbanística de la Policía Local de Siero (en el que se incluyen los excesos de ruidos) depende del negociado de disciplina urbanística y medio ambiente de la concejalía de Urbanismo. Se responsabilizan de esta materia cinco agentes, aunque colabora el resto de la plantilla. Las mediciones sonómetro en mano las realizan sólo dos policías, que no se aburren, pues tienen bastante trabajo. Además, cada estudio, como mínimo, les lleva una hora y media.

Los ciudadanos bien presentan la denuncia en el Ayuntamiento o directamente en la Policía Local. Los agentes levantan un acta de toma de mediciones, que pasará al área de disciplina urbanística y es el arquitecto técnico (aparejador) quien emite un informe técnico que resuelve la técnica de disciplina. En el caso de que se superen los decibelios permitidos en cada caso, se notifica al causante del ruido para que tome medidas en el plazo que se le da. Cuando finaliza, los agentes regresan con el sonómetro para comprobar si las medidas adoptadas han sido suficientes. De no ser así, tiene un nuevo plazo. Pero así todo, se le impondrán una sanción por incumplir la ley del ruido. Las multas van hasta los 600 euros, en caso de ser falta leve, mientras que las graves van de 601 a 12.000 euros. Las muy graves fluctúan entre 12.001 euros y 300.000.

En el caso de interior de vivienda, para medir el ruido que se produce en un local colindante, entre las 7 y 23 horas, el máximo de decibelios en zonas de estancia es de 45, mientras que en dormitorios baja a 40. En horario de 23 a 7 es de 35 decibelios para las primeras y de 30 para los segundos. Se mide en el exterior, principalmente, cuando se trata de fábricas o de una actividad ruidosa que no se produce en un lugar colindante, el máximo permitido de decibelios entre las 7 y 23 horas es de 60. En horario de 23 a 7 el límite es 50.

Pero además de los ruidos, los agentes de disciplina urbanística, entre otras múltiples cuestiones, se encargan del controlar las talas de árboles, cierres de fincas, licencias de obras, construcciones ilegales o que no cumplan los requisitos, depósito de residuos y vertederos ilegales, normas de tenencia de animales, desprendimientos de cascotes de los edificio o antenas de telefonía móvil. Las materias que abarcan son innumerables.

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