La asociación "SOS Ictus", con sede social en Siero, aunque de ámbito nacional, quiere hacerse visible en la Pola, donde busca un local con la intención de disponer de un punto de referencia para aquellos familiares y pacientes que necesiten apoyo.

Tras la embolia cerebral, llegan las sucuelas físicas, la mayoría de las veces difíciles de afrontar. "La administración no te ofrece ninguna opción de rehabilitación tras el alta. Estás perdido, no tienes información ni sabes qué hacer", explican Pepa Marzo, presidenta de este colectivo y que además sufrió un Ictus, y su marido, José Luis Raventós, también secretario del colectivo. De ahí que su principal objetivo sea lograr que cada comunidad autónoma disponga de un centro público de atención al ictus y en Asturias iniciaron una recogida de firmas para que se ponga en marcha el Centro Stephen Hawking, especializado en daño cerebral.

Pepa Marzo destaca que "es la primera causa de muerte de mujeres en España". Argumenta que se debe a que tienen "más cargas", a lo que se añaden otros factores de riesgo conocidos, como la hipertensión, la hipercolesterolemia o la diabetes. El estrés es un mal consejero, pues a ella le provocó una subida de tensión, que derivó en un ictus. Marzo añade como otro elemento negativo la contaminación.

En España, más de 100.000 personas al año sufren ictus y Asturias está en cabeza. "Es la comunidad con más casos -2.700 al año- en proporción al número de habitantes que tiene", advierte José Luis Raventós. La principal razón es el envejecimiento de su población.

Señalan que el único centro público en España está en Madrid, por lo que "tiene una gran lista de espera y límite de edad, 16 y 56 años". Insisten en que "la rehabilitación es indispensable desde el principio" para que el paciente pueda recuperar la normalidad y la autonomía en la medida de lo posible. Raventós describe tres procesos determinantes. Primero, "saber detectar a tiempo los síntomas del ictus", como tener la boca torcida, pérdida de fuerza en alguna de las extremidades o las dos del mismo lado, dificultad para hablar y coordinar, así como un fuerte y atípico dolor de cabeza. También es clave una intervención rápida, por lo que hay que alertar cuanto antes a los servicios de emergencias. En tercer lugar está el proceso de rehabilitación.

Así que, además de la sensibilización y campañas de información a los ciudadanos para detectar y actuar cuanto antes en caso de ictus, su lucha se centra en ayudar a las familias después de que se ha producido la embolia cerebral y regresan a casa tras recibir el alta hospitalaria. No sólo piden centros de rehabilitación, claves para una buena recuperación del paciente, sino que también exigen que se actualicen los catálogos de ayudas técnicas para quienes sufren daño cerebral y que las valoración de discapacidad y dependencias las realicen profesionales especializados en tratar el daño cerebral.

Pepa Marzo es un ejemplo de superación. Tuvo la suerte de disponer de una beca para su rehabilitación. Entró en el centro en silla de ruedas y ahora lleva "una vida más o menos normal". "Me cuesta mucho caminar; en mi hábitat me manejo bien, pero en la calle necesito ayuda", concluye.