El Ayuntamiento de Siero ha expedientado a dos propietarios de sendos locales en Lugones que habían alquilado a jóvenes para fiesta. Las multas llegaron después de las quejas y denuncias de los vecinos. La concejala de Urbanismo, Noelia Macías, considera que no debe haber alarma en Siero, después de que los vecinos de la Pola alertasen -a través de este periódico- de la proliferación del alquileres irregulares a jóvenes para "botellón" y otras actividades, con el riesgo que conlleva. Macías sostiene que son "casos aislados" y que en la Pola no le consta ninguna denuncia.
Es una nueva forma de ocio juvenil. Los chavales recurren a este tipo de alquileres -ilegales en la mayoría de los casos- para reunirse ahí con los amigos, como si fuera un salón de casa. En algunos casos las actividades no entrañan riesgo -ver la tele, partidos o una película, así como jugar a la videoconsola o charlar-, pero el problema empieza cuando las reuniones desembocan en "botellón" y ruidos.
Hay vecinos que temen que pueda producirse algún accidente, así que piden velar por su seguridad, pues hay también menores. Los adolescentes empiezan a alquilarlos a partir de los 13 años. Se juntan unos cuantos y la renta les puede suponer a cada uno unos diez euros al mes. Los residentes se quejan de las molestias que causan las fiestas.
Así que los vecinos demandan al Ayuntamiento de Siero que ponga orden, pero la regulación de la situación de estos alquileres de locales a jóvenes es competencia regional. El problema es que no encajan en la ley de espectáculos públicos y actividades recreativas del Principado de Asturias, porque sólo incluye a los locales privados de actividad hostelera para menores de 16 años.
En Siero tratan de poner a esta situación en orden proponiendo que soliciten una licencia de actividad, que para concederla el local ha de cumplir unas medidas de seguridad y requisitos, que no siempre guardan estos espacios arrendados. "Pero la tramitación y los requisitos suele estar por encima de sus posibilidades económicas", reconoce Noelia Macías, pues se les exige un proyecto técnico y una dirección de obra. Es decir, supone unos gastos que estos jóvenes no pueden permitirse y desisten de esta vía.
Tras la denuncia de algún vecino por molestias y ruidos, se inicia un expediente sancionador, que concluye con una multa y la posibilidad de legalizar el local y si no, deriva es su clausura, agrega la edil.
La concejala de Urbanismo manifiesta que el que los chavales recurran a este tipo de lugares para pasar el rato se debe a la "falta, en general, de ofrecimiento y posibilidades de ocio para menores de 16 años en la hostelería". No es una cuestión que afecte únicamente a Siero, pues Macías la hace extensible a más lugares. Por lo que cree que podría ser un público para los hosteleros, pues está claro que demandan espacios para disfrutar de su ocio.
En Siero tratan de buscar encaje legal a este fenómeno a través de las licencias de actividad, pero tampoco parece que pueda ser la solución a un problema que inquieta a los vecinos. Estos demandan velar por la seguridad de los chavales.
