Flexibilizar la ley de usos de los hórreos es necesario pero puede entrañar peligros si no se hace de forma adecuada. Esa fue la conclusión a la que llegaron los especialistas que ayer se reunieron en Villaviciosa para debatir sobre el futuro de las construcciones tradicionales de los pueblos.

Al encuentro, promovido por la asociación de Amigos del Hórreo y Podemos, asistieron medio centenar de personas. Entre ellas la abogada de Yolanda Huergo, el recopilador oral Xosé Ambás o las diputadas de la formación morada Sofía Castañón y Lucía Montejo. Esta última advirtió de que la propuesta del PP para que los hórreos dejen de ser exclusivamente graneros y acojan alojamientos turísticos podría acarrear "la folclorización de la cultura" y "convertir a Asturias en Marina d'Hórreo" (haciendo un juego de palabras con la ciudad de vacaciones valenciana Marina d'Or).

En el debate participaron, entre otros, el historiador de la Universidad de Oviedo Gerardo Díaz, quien apuntó que "para legislar primero hay que conocer la realidad". Díaz abogó por la puesta en marcha en tiempo récord de un estudio que permita conocer la cantidad y calidad de hórreos existentes en Asturias. "Los censos hechos hasta la fecha son falsos. Los inventarios fueron realizados por teléfono porque no se contaba con equipos y con un presupuesto digno", denunció.

El historiador reclamó una política coral en diferentes ámbitos: con exenciones fiscales para los hórreos en el económico y en lo cultural campañas publicitarias que hagan ver a la población que se trata "del patrimonio en madera más importante de Europa".

Díaz comparó los hórreos con las obras de artistas del Renacimiento italiano: "A nadie se le ocurriría romper una escultura de Miguel Ángel. Sin embargo con los hórreos hay vecinos que están deseando a que el camión de la leche se los lleve por delante". El ponente defendió nuevos usos para las construcciones típicas asturianas como vestidores o bibliotecas "pero sin caer en aberraciones como hacerlos de uralita".