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Bollu y sidra nunca faltan en Comadres

Los polesos no perdonan el pan de manteca con chorizo en su fiesta más señera, ahora sin naranja ni tortilla salona "El jueves huele a bollu en la calle", dice Tatiana Sánchez

Bollu y sidra nunca faltan en Comadres

Las panaderías de la Pola están estos días a tope de trabajo. Mañana son Les Comadres y el bollu con chorizu no se perdona. Así que estas jornadas previas son de reservas, aunque son muchos quienes siguen prefiriendo cocinarlos en casa.

Tatiana Sánchez, de la panadería La Forna, explica que lo que más venden en la víspera de fiesta polesa de invierno por excelencia es harina y levadura, ingredientes fundamentales en los bollos de Comadres, a los que la manteca les da su toque característico. Antaño era tradicional llevarlos a cocer a los hornos de las panaderías. Pero ahora, con tanto apuro, "el día de Comadres no se cuecen, aunque el día antes y el después (Comadrines), sí.Pero la mayoría lo hacen también en casa", indica Sánchez.

"Hay clientes que vienen a por la masa ya hecha, sobre todo, gente mayor", apostilla. Ya no tienen muchas fuerzas para amasar bien y les resulta más cómodo comprarla preparada. Es el caso de la polesa Cheli Carreño, que ayer encargó dos kilos. "Llevo la masa de panadería y en casa ya preparo los bollos . Meto el chorizo, el lacón o el jamón", apunta. "Siempre los hago", asevera. La tortilla, prefiere prepararla de bacalao, que de sardina salona.

Pero estos días no paran de salir bollos de los hornos de las panaderías "para regalar, comer en casa, muchos para mandar fuera...", expresa Tatiana Sánchez. Agrega que es habitual que los polesos envíen unos bollos de Comadres a aquellos parientes que no pueden estar estos días en la fiesta. Así que no es de extrañar que "el jueves huele a bollu en la calle", afirma la panadera. Agrega que este año la venta está siendo similar a la de otros años y es una época de mucho trabajo en los obradores.

Un ejemplo de quienes prefieren comprar los bollos ya elaborados es Carmen Casado, que ayer acudió con su marido, Félix Romero, a la panadería La Forna para hacer su reserva y no quedarse sin ellos mañana. "En Comadres, los comemos siempre, es como norma", explica él. "Nunca falla y, de manteca", matiza ella. Se reúnen en casa con su hija y nieta para comadrar en familia.

Pero para que nadie se pierda con las tradiciones de la fiesta, hacen de guías para los lectores de LA NUEVA ESPAÑA el poleso Pedro Noval -que cada año disfruta del tradicional pincheo con familia y amigos en la Imprenta Noval, pues es una costumbre muy arraigada en aquellos trabajos que lo permiten- y el cronista oficial de Siero, Juanjo Domínguez. Aconsejan que en la merienda de Comadres no puede faltar: el bollu preñáu de manteca, la botellina de sidra y en su defecto, de vino. Antaño también era imprescindible la naranja, agrega Noval, y de la variedad "Washington", a poder ser, matiza Domínguez. Pero ambos reconocen que "fue perdiéndose", al igual que la tortilla de sardina salona, ya que "cada día va a menos". No es de extrañar, pues lleva mucho tiempo hacer, dicen. Hay que quitar la piel de las sardinas y espina por espina... Así que mucha gente la sustituye por la de anchoa y sardina común.

Pero coinciden en que el que más triunfa y tiene vida asegurada, así como continuidad, es el bollu de Comadres. Además, que con la disculpa de probar la masa o el horno, son muchos los polesos que ya lo están disfrutando estos días. "Hay quien ya lo desayuna" el mismo jueves, sin esperar a que avance la mañana, apostilla el cronista. Pedro Noval da fe de ello: "A las diez de la mañana ya viene mi madre con ellos para probar". En esta imprenta familiar persiste la tradición de "picar en el lugar de trabajo". Es el preludio de la merienda-cena en casa, en el bar o en la plaza cubierta. Quedan por delante Comadrines, Migayes y Migayines.

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