El bosque de "Mable" ya es una realidad. La iniciativa para plantar 97 tejos, uno por cada año de vida de Amable Vallina, en el área de Campabaxera, cosechó ayer una extraordinaria participación. Se trataba de reconocer el trabajo del vecino de Melendreros fallecido recientemente en la plantación, la difusión y la defensa de estos árboles totémicos, haciendo precisamente lo que a él más le gustaba: traer nuevos árboles a la naturaleza.

La iniciativa, nacida de Agustín Domínguez, de Amigos del Texu y de la asociación de Trabajadores Especializados en Poda y Arboricultura (Trepa) pretendía rendirle homenaje a Amable en vida, pero lamentablemente, el "Señor de los texos" falleció unas pocas semanas antes de que se llevase a cabo.

Sus familiares Tolo Cortina, Loli García y Laura Cortina descubrieron allí mismo una placa -realizada por la vallisoletana Dori Nieto- en memoria de Amable, con la leyenda: "Para amable, por 97 años cuidando el tejo; 97 tejos honrando la memoria de su trabajo", y fechada en febrero de 2018. Este mes siempre ha sido el idóneo para plantar tejos, y el elegido cada año por Amable para sus plantaciones. Por que él aseguraba, y así lo cumplió: "Seguiré plantando tejos mientras respire". Sus familiares lamentaron su ausencia en un acto que lo habría llenado de ilusión. "Es una pena que el no llegara a verlo", dijeron, y se mostraron "muy agradecidos" por el reconocimiento, que "él seguro que lo verá desde alguna parte", como señaló Laura Cortina. Susi Cortina, la familiar que lo cuidaba y que estaba muy unida a él, lamentó profundamente no poder asistir.

Fernando Vasco, por su parte, leyó un manifiesto en favor de los tejos, unos árboles que "acrecienta aun más si cabe nuestro instinto y nuestra conexión con el mundo natural," y señaló que "nuestro amigo Amable así lo entendió y así lo hizo; vaya este bosque en su memoria". Antes, el gaitero Xuacu Amieva se colocó en el túmulo para interpretar varias piezas con la gaita, con la gente danzando a su alrededor.

También asistió a la plantación el naturalista y escritor Ignacio Abella, que contribuyó a difundir la labor de Mable en defensa de los árboles en sus libros, y también con su colaboración en el programa de Radio 3 "El bosque habitado". Los programas sobre la figura del de Melendreros ayudaron a que lo conociera gente de toda España. Marta León, por ejemplo, asegura que supo de la iniciativa por el programa de radio "y nos decidimos a venir".

Carlos Luengo, miembro de Trepa, destacó la fuerte tradición en torno a la cultura del árbol que hay en Asturias, de la que Mable era uno de sus grandes abanderados. Luengo insiste en la idea de que "cuando un hombre de 97 años planta árboles de cuya sombra no va a disfrutar, no todo está perdido". Ahora se trata de seguir su estela, tomar su trabajo como ejemplo y que los tejos sigan brindándonos su esplendor.