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Candamo pone la vista en la recuperación de la viticultura como motor de desarrollo local

Identifican uvas que se cultivaron en el concejo del siglo XIII al XVIII "En mi casa siempre hubo vino", dice un productor

Javier Fernández Conde, Beatriz Pérez, Miguel Ángel López, Loli Laureiro y el moderador Miguel Rodríguez Monteavaro

El pueblo de Las Parrucas, las fincas La Viña, La Viñuca o La Viñona dan cuenta de la producción vitivinícola de Candamo. La toponimia no engaña y tampoco los datos históricos que prueban que se cultivaron vides desde el siglo XIII al XVIII; o los análisis del terreno, que demuestran que hubo cepas en el concejo. Son algunos de los datos que ofrecieron los ponentes de la mesa redonda "El vinu de Candamu ya la redolada" que organizó el servicio municipal de normalización lingüística en Cuero, la localidad con mayor producción del municipio.

"Cuero fue la localidad que más tierras tenía dedicadas al vino, desde el siglo XIV al XV hay una pequeña burguesía en la puebla de Grado que invertía en fincas para vino o las compraba con las viñas plantadas y produciendo para vender en el mercado de Grado", señaló el historiador y párroco de San Tirso, Francisco Javier Fernández Conde, quien detalló que la producción vitivinícola comenzó en el siglo XIII en las fincas de la zona media de los valles candaminos, "incluso a día de hoy se pueden encontrar cepas en los bardiales de las fincas".

Cayetana blanca, bobal, espadeiro, carrasquín y verdejo tinto. Son las variedades que mediante un análisis de ADN identificaron los biólogos del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (Serida) en un proyecto nacional para la recuperación y catalogación de las variedades abandonadas. "Recogimos muestras en Candamo y Las Regueras, donde encontramos dos variedades desconocidas que no sabemos lo que es, e identificamos algunas variedades como la cayetana blanca, bobal y espadeiro que las hay en la zona del Vino de Cangas", comentó la doctora en biología Loli Laureiro, responsable del Plan experimental para el desarrollo de la vitivinicultura en Asturias. En su opinión, la producción de vino se podría recuperar en Candamo: "El cambio climático es importante y en zonas donde no es factible producir ahora en el futuro, quizá sí".

Prueba de ello es la finca de albarín blanco que tiene Miguel Ángel López, propietario de un vivero en Candamo. "Cuidándolas bien se dan perfectamente, de hecho en mi casa hubo vino siempre antiguamente", asegura. En Santo Seso lleva años realizando una selección de las mejores cepas, a nivel particular, de las que ha elegido una que ha clonado y que le ha dado 300 plantas que tiene en la primera fase de producción. "Se produjo hasta la era industrial, se fueron dejando los terrenos por el cultivo de sidra, que era más rentable", detalla.

Una producción de vino que podría retomarse como motor de desarrollo económico y social para el concejo. "Son muchos los beneficios que tiene para una comarca la producción de vino, es muy transversal porque toma desde el sector primario al terciario, además del enoturismo, el vino enriquece en muchos aspectos y fija población al crear puestos de trabajo", señaló Beatriz Pérez, presidenta del Consejo Regulador de la DOP Vino de Cangas.

Una mesa redonda que reflexionó sobre el vino como un atractivo cultural, social y económico para el concejo y que sirvió para la puesta en valor de la tradición vitivinícola de la zona. El acto finalizó con un concierto del grupo "Tuenda". Candamo tiene en el vino un futuro de desarrollo, que avalan la historia y los estudios científicos desarrollados.

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