Microalgas para mejorar la eficiencia energética de la depuradora. De eso trata el proyecto piloto "Life BioSolWaRe", financiado con fondos europeos, que se aplica en la planta de tratamiento de aguas residuales de Grado. Está impulsado el Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) y la empresa adjudicataria del servicio, Aqualia. "Se trata de mejorar el consumo energético a través de las microalgas: cuando reciben luz realizan la fotosíntesis y generan oxígeno disminuyendo los costes energéticos; y tienen otra ventaja: junto con las bacterias que se generan eliminan parte de los nutrientes, el nitrógeno y fósforo", explica Irene Fernández, investigadora del proyecto.
La depuradora, ubicada en la vega de Castañeo, trata las aguas pluviales y residuales para devolverlas limpia al río Nalón, retirando al día 1.900 kilos de biosólidos. Un proceso en el que es necesario el aporte de aire que permite la vida de microorganismos que eliminan la materia orgánica y contaminantes del agua residual, cumpliendo así los índices medioambientales que marca la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) para su expulsión final al río. Este proceso genera un importante gasto energético y económico y las microalgas podrían reducir los costes.
Irene Fernández, al frente del proyecto piloto, y señala que el diseño de los reactores de microalgas es diferente a los de la depuración convencional ya que las algas necesitan luz para realizar la fotosíntesis. En Grado utilizan dos balsas a escala de las de la depuradora, de alrededor de un metro cúbico cada una. El agua residual tratada con microalgas produce el oxígeno necesario para el desarrollo de microorganismos de depuración. La separación del agua trata y biosólidos se realiza con membranas de ultrafiltración.
"Tenemos dos reactores para comparar cómo eliminan los residuos, actualmente uno tiene acoplada la separación con membranas y se realiza una recirculación de biosólidos y el otro no", precisa la investigadora. Los rendimientos del sistema desde su puesta en marcha hace dos años han aportado algunas conclusiones. La tecnología es viable en el norte de España pese a la falta de horas de luz en comparación con el sur del país, donde han comenzado los primeros proyectos: "Tiene características y rendimientos distintos, así como hay especies distintas de microalgas".
Un proceso al que no le afecta tanto la climatología como la carga contaminante del agua, es decir, cuando llueve mucho el líquido llega muy diluido. Debido al diseño de los reactores, este sistema de depuración de aguas es viable para pequeñas poblaciones y no para núcleos urbanos con carga poblacional. Así como han hallado un resultado productivo para los biosólidos que resultan de la depuración del agua, que se pueden valorizar mediante la posterior generación de biogas. "En Chiclana de la Frontera tienen ese proyecto, 'Allgas', y ya hay coches circulando con el biogas generado por el proceso de las microalgas".
Y es que "BioSolWaRe" se está llevando a cabo como proyecto piloto en Grado para probar el sistema en condiciones climáticas más adversas que en las depuradoras donde comenzó el proyecto, en Almería y Sevilla, precisa el gerente de Cadasa, Julio Pérez. "Parece que el sistema funciona y seguiremos trabajando en él, se trata de una apuesta del Consorcio que, al adjudicar la gestión de plantas depuradoras tiene en cuenta las mejoras en I+D propuestas por las empresas. En este caso vemos que se reducen el consumo y además se cumple con los parámetros de vertido con una mejor calidad del agua al eliminar los contaminantes", comenta.
