José Manuel Álvarez, de La Llinar (Grado), estaba ayer feliz de ver la nueva bolera municipal pero, sobre todo, porque su nieto Héctor Álvarez, de 16 años, se ha aficionado al deporte y lo hace muy bien. Una afición que comparten y en la que los consejos van del mayor al pequeño. "Me dijo que fuera a tirar unos bolos a Hispanes con Cándido y me entró el gusanillo, porque te picas y es entretenido", comentó el joven. El abuelo, orgulloso: "Lo animo mucho, y como si tengo que gastar todos los cuartos para que juegue, se los doy".

Álvarez fue jugador toda la vida, aunque sus 83 años ya no le permiten continuar disfrutando de las tiradas. Ya lo hace su nieto por él. "Hay varios chavales que juegan curioso, yo creo que hay cantera porque no lleva mucha fuerza, vale con amor y cariño", recomendó. Aún recuerda la cantidad de boleras que había repartidas por el concejo, hasta tres en El Fresno, y buenos jugadores por todo Grado. "Ahora tenemos que darles facilidades para que jueguen, a ver cómo trabajan y se organizan", dice.

El abuelo disfrutó muchísimo ayer viendo a su nieto, pero también a los jóvenes moscones que se han prendado del deporte autóctono. Él lo tiene claro: "Están aquí mucho mejor jugando a los bolos y tomando algo y divirtiéndose con los amigos que camín de Oviedo o Avilés".