El cáliz de oro macizo de la Colegiata de Pravia que se mantiene en la exposición del Museo Diocesano de Oviedo se empleará en la próxima celebración del Corpus Christi de Pravia, tal y como anunció ayer el sacerdote Miguel Ángel García Bueno en la tertulia "Ecos de Pravia" que se celebró en el templo con un coloquio sobre su fundador, Fernando Ignacio Arango de Queipo, su construcción y sus principales obras artísticas.

Además, el párroco señaló que se podrá sacar del museo una vez al año para las celebraciones religiosas pravianas, bien en el Domingo de Resurrección o por el Santísimo Cristo, propuso.

Un anuncio que se produjo en el transcurso de la tertulia, que se desplazó a la Colegiata para atraer a más participantes, interesados en la historia del concejo.

El historiador Cristian Rangel ofreció una explicación sobre la figura de Arango de Queipo y la construcción de la Colegiata de Santa María la Mayor con fondos que hizo en las Américas. En ese sentido, cabe destacar la tensión que se produjo entre la iglesia parroquial de San Andrés y la Colegiata: "Fueron menudencias, pero muy continuas desde 1733, cinco años después de la consagración del templo, a 1769; a sabiendas de ello, Arango de Queipo hizo varias donaciones a San Andrés, pero lo que pasó fueron 150 años de tensiones entre la iglesia parroquial y la viceparroquia que era la Colegiata". Se da la casualidad de que en 1823 adquieren por 1.000 reales la iglesia de San Andrés, que llevaba 37 años en ruinas.

Los presentes también conocieron los tesoros que alberga la Colegiata, como el órgano barroco, el púlpito y el retablo barroco del altar mayor, que también provocó tensiones con la Catedral de Oviedo por su magnitud y riqueza artística. Tampoco pasó desapercibida para el público la pérdida de dos grandes piezas perdidas, una custodia de nueve kilos de plata y el albergo del cáliz y la Sagrada Forma. "Son grandes ejemplos de los talleres de orfebrería del Potosí", concluyó.