El gaditano José Antonio García Calvo, José "el Peregrino", se ha vuelto a poner las botas para hacer el Camino de Santiago. Pero esta vez es más especial porque, tras operarse de cataratas, ha recuperado la vista y ahora no quiere pederse detalle del paisaje asturiano. "Me parece maravilloso", asegura, pues "hace dos años no veía ni las flechas".

Hace un mes que partió de Irún y calcula llegar a Santiago de Compostela dentro de quince días. El lunes y ayer estuvo en el camino en el albergue de Pola de Siero, del que destaca su hospitalidad.

José "El Peregrino" ha caminado 110.000 kilómetros en once años visitando los lugares santos del mundo. Fue la promesa que le hizo a la Virgen del Carmen y en memoria de sus compañeros fallecidos cuando el barco en el que faenaban en Noruega, capturando bacalao, se partió en dos. "Cuando me sacaron del agua esta muerto", apunta el único superviviente de aquel naufragio del 1 de enero de 1999. "Estuve diez horas encima de dos cadáveres para mantenerme a flote", recuerda. Pasó ocho meses en una cámara hiperbárica por una hipotermia que casi le arrebata la vida y dos años y medio en silla de ruedas. "Estuve otros tres con muletas y los médicos me dijeron que no volvería a caminar", relata sin perder el humor. Desde entonces ha recorrido casi todo el mundo, hasta donde ha podido llegar a pie, y sólo le quedan Australia y Japón. Llegó a América atravesando en trineo el estrecho de Bering. Bromea diciendo que lo ha conseguido "con un pie detrás de otro" y "con mucho esfuerzo". También ha aprendido a vivir sin apego a lo material. Es lo que le hace feliz.