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DAVID ARTIME COTO | Periodista y escritor candasín

"La sociedad actual es radical, intransigente y favorable a diversos tipos de violencia"

"El machismo no es sólo una violación o una paliza, sino también invadir el espacio personal de una mujer"

David Artime.

"Incorrectos" es la segunda novela del periodista y escritor David Artime Coto (Candás, 1979) después de la exitosa "La bufanda" (2010). En este nuevo libro cuenta la historia de amor entre Aníbal, un violento neonazi muy conocido en el ambiente de la extrema derecha madrileña, y Maitane, una militante de ETA implicada en dos asesinatos. Dice el autor, que presentó la novela en la antigua Fábrica de Ortiz de Candás este fin de semana, que esta historia quiere ser un grito contra la dictadura de lo políticamente correcto.

- La novela ve la luz en pleno proceso de desarme de ETA. ¿Cree que ello beneficiará a la reinserción de los presos etarras? ¿Vivirían un futuro menos incierto Maitane y Aníbal con otra política penitenciaria?

-Con ETA en proceso de disolución no sé exactamente qué quiere decir reinserción. ¿Pedir perdón por lo que han hecho? Los que tienen delitos de sangre se han comido o se están comiendo condenas durísimas, y los que no los tienen... ¿reinsertar a un tipo que ha quemado un cajero o que ha colaborado con el entorno del aparato logístico de no sé qué? ¿En qué consiste esa reinserción? Con otra política penitenciaria hubieran vivido otro futuro, no sé si más o menos incierto. Maitane habría cumplido su condena cerca de su domicilio, como debería ocurrir en cualquier país civilizado, y no habría conocido a Aníbal en Alcalá-Meco.

- ¿Qué mensaje quiere trasladar con "Incorrectos"?

-Creo que todo el mundo, o al menos la mayoría de la gente en la sociedad española actual, es radical, intransigente y favorable a diversos tipos de violencia. Pero unos son políticamente incorrectos y otros no. Vivimos en una sociedad hipócrita que legitima desde el encarcelamiento de inocentes y la brutalidad policial hasta los golpes de Estado y los bombardeos en países extranjeros. Todos esos biempensantes "demócratas" son los que les exigen a Aníbal y a Maitane, no que sean niños buenos (no lo han sido y viven con ello), sino que den la imagen de serlo. Escogí dos personajes de extremos tan opuestos para que la novela no sea encasillada políticamente. No me gusta utilizar la ficción para hacer proselitismo político de ninguna causa concreta, sino para contar historias y, de paso, plantear debates y visiones alternativas a los discursos oficiales.

- Dice en su novela que en esta sociedad "quien se sale de los cánones ya sabe lo que le espera: la exclusión y el linchamiento". ¿Podría explicarlo?

-Es difícil sin hacer un "spoiler". Un caso que se me viene a la cabeza como ejemplo es el de Willy Toledo, que lleva años siendo víctima de un linchamiento masivo por decir lo que piensa y ser políticamente incorrecto.

- ¿Tiene demasiada presencia lo políticamente correcto? ¿Lo ve opresivo?

-Totalmente. Y con la explosión de las redes sociales, más. Hay una caverna derechista que desde los estamentos de poder mantiene una férrea dictadura de opinión, y te la tienes que coger con papel de fumar para hablar de muchos temas, por ejemplo, el País Vasco o Venezuela. Pero también hay otra caverna progresista que aspira a hacer lo mismo cuando llegue al poder, en temas por ejemplo como la violencia machista o la llamada "Islamofobia". Personas de derechas como Marta Rivera de la Cruz o Salvador Sostres también han sido víctimas de alguna cacería, a mi modo de ver injusta. Ahora bien, la incorrección política de derechas sale mucho más barata que la de izquierdas. A Rivera de la Cruz y a Sostres no creo que nadie les vaya a meter en la cárcel. Creo que algún rapero no puede decir lo mismo.

- En su anterior obra abordaba el tema de la violencia en el mundo del fútbol. ¿Es la sociedad actual una de las más agresivas de la historia? ¿Somos más intolerantes a la violencia que a otras conductas?

-Al contrario, creo que hay muchas formas de violencia que hoy en día están aceptadas porque son políticamente correctas. He mencionado algunas anteriormente. De hecho, creo que en la sociedad española hay un problema de intolerancia generalizada, pero se acusa de intolerantes e intransigentes a las supuestas "minorías radicales", de las que forman parte Aníbal y Maitane. Es una hipocresía. Yo prefiero que me metan unos puñetazos cuatro nazis a comerme no sé cuántos años de cárcel en una prisión a 500 kilómetros de mi familia por hacer un referéndum. Las dos son formas de intransigencia violenta, pero la segunda es peor que la primera.

- Otra de las lacras sociales es la violencia de género, ¿se ha planteado explorarla en próximas obras?

-En 'Incorrectos' hay algún guiño sobre este tema. Creo que el machismo patriarcal es el mismo de siempre, pero hoy está más desenmascarado y hay más conciencia al respecto, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Cada vez hay más gente que tiene claro que violencia machista no sólo es una violación o una paliza, sino también invadir el espacio personal de una mujer, como el tipo ése que se dedicaba a dar besos a chicas sin su permiso por la calle. Ahora bien, también hay ciertos discursos interesados que imponen la dictadura de lo políticamente correcto en este asunto. Tachar de machistas a quienes defienden la custodia compartida o censurar determinadas críticas a la ley contra la violencia de género que yo considero legítimas, aun estando de acuerdo con la ley, son reflejos bien claros de la dictadura de lo políticamente correcto.

- ¿Qué opina de la sentencia de "la Manada"?

-Es una vergüenza, pero a mí no me coge de sorpresa, viendo el devenir de la Justicia española en los últimos años. Después de casos como los de los titiriteros, Facu Díaz, Willy Toledo o el más reciente de Alsasua, de los tribunales españoles me espero cualquier cosa. Lo que me llama la atención es que haya determinada gente que se dé cuenta ahora de que en este país hay un problema, y gordo, con un sector de la judicatura

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