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Alberto Campa, a la conquista de Oceanía

El viajero sierense, que este año ha dado su tercera vuelta al mundo, pisó en este recorrido los catorce países que integran el disperso continente bañado por el Pacífico

Un paisaje forestal de Papúa Nueva Guinea fotografiado desde un avión. REPR. DE M. NOVAL MORO

El viajero sierense Alberto Campa acaba de completar su tercera vuelta al mundo, en la que ha ido sumando países conocidos a su amplio historial. Lleva ya visitados 193 en todo el mundo, de los que 160 son países "oficiales", reconocidos por las Naciones Unidas, y otros 33 considerados territorios, que por diversas circunstancias no han sido reconocidos en el ámbito internacional. Le quedan por pisar 30 países y otros tantos territorios.

Pero quizá lo más curioso de su andadura es que el primer continente cuyos países ha visitado en su totalidad es el más alejado de su tierra natal: Oceanía. Ya ha estado en los 14 países que componen este disperso continente. Campa narraba el pasado jueves en la Pola la primera etapa del viaje de este año, en la que recorrió lugares verdaderamente paradisiacos y con gentes singulares y hospitalarias. Su periplo comenzó en Viena, desde donde partió hacia Taiwán y, posteriormente, a Palaos, un país con unas islas de roca "muy guapas y llamativas".

Más tarde recalaría en Guam y en los Estados Federados de Micronesia, donde visitó las ruinas de Nan Madol, "una civilizacion en medio del Pacífico muy sorprendente, con construcciones bastante extrañas", refiere.

Por esta zona, estan algunos lugares muy importantes de la Segunda Guerra Mundial, escenarios del enfrentamiento entre Estados Unidos y Japón, como Kiribati y las islas Marshall, y las islas Salomón, en una de las cuales, Guadalcanal, tuvo lugar una de las batallas más cruciales del conflicto bélico, con el mayor despliegue de los aliados contra Japón.

Otro de sus destinos fue Nauru, uno de los países más pequeños del mundo y, por contraste, Papúa Nueva Guinea, quizá la isla más importante de esa zona del Pacífico.

El audiovisual que protagonizó el pasado jueves en la Pola llegó hasta estos países. En una charla posterior hablará del resto de países que visitó.

Por lo pronto, las imagenes ponían de manifiesto una belleza paradisíaca extraordinaria en la mayoría de países. Como decía el propio Campa, el paisaje en muchas islas es muy parecido, con atolones, playas de arena y formaciones volcánicas de una gran belleza.

Pero lo que más le gustó, sin duda, de aquella zona, y eso es algo en lo que siempre suele incidir, fue la gente que se encontró, a pesar de que su comunicación con ellos era más bien escasa. "Hablabas por señas, por mímica, chapurreabas un poco de inglés, porque alguna gente sabe algo porque fueron colonias norteamericanas, y a veces te bastaba co la mirada", señala.

Se encontró con que "la mayoría de la gente es muy hospitalaria". Baste decir que, de los 75 días que estuvo de viaje, pagó por dormir en 30; el resto, aunque durmió alguno en aeropuertos y en playas en su saco de dormir, durmió invitado por la gente de allí. "Yo no les pedía que me invitasen, simplemente me preguntaban dónde dormía y acababan llevándome a su casa; dormí en viviendas de todo tipo, en el suelo, en esterillas y en casas buenas".

Y le llama la atención también cómo viven los niños, "en el mundo que vivíamos aquí hace bastantes años: jugar, bañarse, subirse a los árboles". Y allí estaba Campa para juntarse con ellos y compartir, gracias a su afán viajero, lo que a este lado del planeta está casi perdido.

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