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Siero, entre los cinco concejos con menor consumo de ansiolíticos en Asturias

Cerca de un 22 por ciento de los vecinos toman antidepresivos, y sólo Oviedo mejora los datos locales entre los municipios más poblados

Siero está entre los cinco concejos asturianos con menor consumo de ansiolíticos o tratamientos antidepresivos. Su porcentaje es inferior a la media de Asturias, pues en el municipio el 21,85% de sus habitantes toman este tipo de medicamentos frente al 24,36% del Principado. Son datos del Observatorio de Salud de Asturias, que apunta que el malestar o la enfermedad mental no grave es un fenómeno ligado a las nuevas formas de cultura y los tiempos actuales que expresan el grado de desadaptación al entorno y a los retos diarios.

Se destaca "el alto nivel de medicalización alcanzado en este ámbito en los últimos tiempos". Según los datos que maneja el Observatorio de Salud, Siero es el quinto concejo asturiano con menor consumo de ansiolíticos y antidepresivos. Está en la lista detrás de Ponga (16,12%), Las Regueras (18,42%), Ibias (20,29%) y Oviedo (20,78%). Además, Siero está por debajo de otros núcleos importantes de población como Castrillón (23,26%), Avilés (23,46%), Gijón (24,03%), Langreo (27,99%) y Mieres (32,53%).

El uso de ansiolíticos, antidepresivos e hipnosedantes se disparó en los últimos años en España. La mayoría de las consumidoras son mujeres de mediana edad, destacan los expertos.

Natividad Álvarez, además de concejala de Bienestar Social y Salud en el Ayuntamiento de Siero es psicóloga. "Parecería, en principio, una buena noticia porque significa que Siero goza de buena calidad de vida y menos estrés relacionado con el resto de Asturias", reflexiona la especialista, "a falta de más datos".

Como especialista achaca el creciente consumo de estos medicamentos en general "al nivel de vida de estrés, la rapidez con la que vivimos, que nos exigimos cada vez más a nosotros mismos en menos tiempo... y todo esto nos genera más ansiedad". Álvarez explica que "la ansiedad no la genera el hecho o la realidad en sí mismos, sino el adelanto a nivel de pensamiento de lo que pueda ocurrir".

Pero no sólo las prisas abocan a un mayor consumo de psicofármacos, "también la soledad", pues "aunque tenemos más tiempo para nosotros, amigos y familia, antes compartíamos más 'de verdad' con los amigos y no en las redes sociales". Aunque los nuevos tiempos hayan traído consigo mayor riqueza material, ella percibe escasez de "calidad humana". Por ejemplo, Natividad Álvarez reivindica que los niños tienen derecho a tener infancia y no quemar etapas demasiado rápido. "Nos faltan cosas como reír, siempre estamos preocupados", dice.

Yurema de la Fuente, psicóloga sierense y presidenta de la asociación "Sumando", apunta que en el Consejo de Salud de zona, del que forma parte, trabajan en cómo disminuir estas cifras de consumo de ansiolíticos. Una de las alternativas es "la prescripción de activos en salud para promover que los facultativos no sólo receten fármacos, sino también otro tipo de actividades que puedan ser beneficiosas".

Puede ser recomendar al paciente acudir a un grupo de lectura o ejercicio físico. De la Fuente cree que son "muchos factores" los que están detrás de este creciente consumo. Uno es "que tenemos una actividad frenética", que dificulta, por ejemplo, la conciliación. También lo achaca a los estados de vida actuales "que no promueven buen estado de ánimo" y redundan en la soledad y en que se compartan menos los problemas. "Antes había más apoyo social", destaca. Cree que "vivimos mucho en el futuro y no tanto en el presente".

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