Lenny Kravitz reventaba la lista de éxitos con su "Are you gonna go my way", las colas en los cines para ver "Jurassic Park" eran interminables, el Barça de Cruyff ganaba su tercera liga consecutiva y Felipe González era elegido presidente por cuarta vez. Era 1993 y, además, los ayuntamientos todavía contrataban. En concreto, Llanera ampliaba su nómina en tres trabajadores: Raúl Pérez, para el servicio de Obras; Josefina Priede, en Intervención, e Isabel González, en la Biblioteca, donde todavía siguen. Como reconocimiento a sus 25 años trabajando para el municipio, fueron homenajeados ayer en la comida de funcionarios del Consistorio; un acto en el que reconocieron sentirse "orgullosos" de su labor y de sus compañeros.

Isabel González, vecina de El Cruce de toda la vida, empezó trabajando en la biblioteca de Posada, donde vivió en primera persona la transición digital del servicio de préstamos. Desde hace un tiempo despacha en Posada. Afirma sentirse "especialmente contenta" por su labor de cara al público y por haber tenido la oportunidad de conocer a muchos vecinos. También por haber colaborado en los talleres de formación de usuarios y por implantar los puntos de lectura en los centros de salud del concejo, un proyecto pionero que recibió numerosos reconocimientos nacionales. Pero si de algo puede presumir es, sobre todo, del grupo del servicio: "Somos un equipo muy bueno. Nos llevamos genial".

Josefina Priede asegura que entrar en el servicio de Intervención de Llanera fue una de las mejores cosas que le pasaron en la vida, junto con su marido y su hija. "Un poco asustada", por los cambios que se avecinan en la administración por la eliminación del papel, afirma abordar su día a día con idéntica ilusión y responsabilidad que cuando empezó.

También echa la vista atrás Raúl Pérez, del servicio de Obras, a quien le resulta inevitable añorar a los compañeros jubilados y "a otros que ya no están". A este vecino de Lugo, que cree que la plantilla municipal está "escasa de efectivos", se le escapa una sonrisa cuando se le pregunta por anécdotas vividas en este cuarto de siglo. "Muchas y muy buenas, pero no se pueden contar", dice.