No fue una misa cualquiera la de ayer en Perlora. Y no sólo por la presencia del Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, que visitaba por primera vez la parroquia, sino porque los vecinos pudieron disfrutar de su primera celebración "en casa" tras un año de obligado exilio. Justo cuando se cumplen 12 meses de la caída del techo de la iglesia perlorina, "y tras mucho trabajo y esfuerzo", los parroquianos llenaron su templo para disfrutar de una jornada de celebración y confraternización de la comunidad cristiana local.

Aunque el esfuerzo fue compartido por muchos vecinos, al igual que las aportaciones económicas, la rehabilitación de la iglesia de Perlora tiene, según los propios parroquianos, tres nombres propios: "Juanjo y Enrique Argüelles, aparejador y arquitecto respectivamente que aportaron su trabajo desinteresadamente; y Diego Rodríguez, que colaboró en el apartado burocrático".

Gracias al trabajo de estos, así como de otros vecinos cuyo nombre no ha trascendido en la misma medida, las aportaciones del Ayuntamiento y del Arzobispado, ayer los perlorinos pudieron reinaugurar su templo. "Cuando se cayó el tejado no dijisteis, 'que lo arregle el Obispo'; sino que lo tomasteis como algo vuestro", destacó el Arzobispo, que se confesó "encantado" de visitar la parroquia, una de las pocas del Principado que aún no conocía.

También agradeció la colaboración de todos, en nombre de todos los parroquianos y a petición del cura local Jesús García, Mari Carmen Peláez. La que fuera maestra durante 33 años, destacó el esfuerzo y la generosidad de los vecinos para superar el desplome del templo parroquial y el año de traslado a Santiago de Albandi.

Pero los de Perlora tendrán que hacer un último esfuerzo. Aunque el tejado de la iglesia vuelve a estar en su sitio, será necesario acometer algunas obras para terminar de asegurar el templo. Se estima que estos trabajos tendrán un coste aproximado de 20.000 euros. Para asumir este montante se recurrirá, nuevamente, a la solidaridad de los vecinos. Una de las alternativas que baraja la parroquia es afrontar el pago a modo de derrama, pagando un importe fijo mensual.