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La policía maliayesa que desafía al Sahara

Judith Obaya, agente en Oviedo, se fija un nuevo reto: cruzar a pie los 1.700 kilómetros de desierto, a 45 por día

Judith Obaya posa para LA NUEVA ESPAÑA durante sus entrenamientos en Villaviciosa. VICENTE ALONSO

No se le pone nada por delante y en unos tres meses cambiará los verdes rincones de su localidad natal, Villaviciosa, por los secos y amarillos del desierto del Sahara. La policía, piloto y atleta extrema Judith Obaya se preparar para un nuevo reto: cruzar el Sahara a pie y correr 1.700 kilómetros de distancia, a razón de 45 diarios durante 38 días.

En su ánimo está reivindicar la igualdad de las mujeres en el deporte y para ello se enfrentará a duras condiciones climáticas. Tras haber sido en 2016 la primera piloto femenina que logró hacer esta travesía en motocicleta en total autonomía, y en 2017 la primera en bicicleta fuera de carretera, en septiembre Judith volverá a Djebel Ouarkziz (frontera natural entre Marruecos y Sahara Occidental) para iniciar la carrera. Los entrenamientos de Judith comenzaron hace un año y están dirigidos por el preparador físico Fernando Azurmendi.

Para el "Running the Sahara" entrena entre 3 y 6 horas todos los días de la semana. Durante los entrenamientos ha ido probando zapatillas, indumentaria y todo tipo de accesorios: "Cualquier rozadura provocada por el calzado, la ropa o el chaleco de hidratación pueden ser fatales y ralentizar o incluso obligarme a abandonar la prueba", apunta la valiente atleta villaviciosina. También está probando los alimentos que tomará y sabe muy bien que tan duro como el esfuerzo físico lo es el mental: "Ahora toda mi vida está centrada en los entrenos. Paso muy poco tiempo con la familia y los amigos, y apenas me tomo tiempo para divertirme con otras cosas; mi mundo gira en torno a la carrera. Esta dedicación casi exclusiva y tener la fuerza necesaria para continuar cada día a pesar del dolor de rodillas o de las pocas horas de descanso me dicen que estoy preparada y que todo saldrá bien".

Esta maliayesa, de 50 años, sigue trabajando en el turno de noche de la Policía Local de Oviedo, lo que le facilita poder entrenar durante el día. Entrena quince días al mes en su tierra, Villaviciosa, y gracias a los compañeros que le cambian algunas jornadas puede desplazarse otros quince días a Madrid, a la Casa de Campo, para simular la travesía a mayor altitud y en condiciones climáticas y terreno más parecidos a lo que se va a encontrar en Sahara.

Irá acompañada de un vehículo de apoyo necesario, como en la travesía en bicicleta, no sólo para el transporte de alimentos y equipo de acampada, sino para su evacuación si fuese necesario, bien por algún accidente o en caso de que hubiera tormenta de agua; las tormentas de agua son torrenciales y en pocos minutos las riadas pueden ser muy peligrosas.

"Sólo espero que mi esfuerzo por llamar la atención de todos hacia la merecida igualdad de la mujer en el deporte sea positivo. Se están consiguiendo muchas cosas, pero aún estamos muy lejos de una igualdad efectiva. Es responsabilidad de todos educar y dar ejemplo, proponer referentes femeninos, facilitar y promover su visibilidad en nuestra sociedad", sostiene.

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