Han pasado poco más de tres meses desde un cierre que se presumía definitivo, pero lo bueno nunca muere y El Cubano de Candás abrirá esta tarde de nuevo sus puertas. Será como si no hubiera pasado el tiempo, porque todo sigue igual. "Hemos recuperado su esencia", asegura Quico Vega, anterior encargado del restaurante y ahora dueño del negocio. Su objetivo era "mantener la solera del restaurante", explicaba tiempo atrás cuando se hizo cargo del bar. Y lo ha conseguido.
El Cubano no ha cambiado, sólo se ha vestido de gala. Han recuperado la madera de castaño, saneado paredes, mejorado la instalación eléctrica, así como los baños. El almacén presenta un mejor aspecto. Todo sigue igual, aunque todo ha cambiado. Quien cruce hoy la puerta seguirá viendo la misma sidrería de siempre, casi con el mismo personal, tan sólo hay una baja respecto al anterior. Tres trabajadores para la cocina y cuatro fuera.
Y la misma carta. "Pescado y marisco se puede comer en cualquier sitio, pero como la caldereta de El Cubano, en ninguno", comenta con orgullo Quico Vega.
La avenida del Ferrocarril recuperará hoy un clásico. Todo como estaba. Incluso las botellas que llevan décadas en la esquina han vuelto a su lugar. Exactamente al mismo. Todo está en su sitio.
