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Carbayín teme por su copa

Los vecinos piden el arreglo del depósito de agua de Sánchez del Río, una obra "arriesgada y preciosa", según los expertos

Pilar Regueiro y Pachu Menéndez, en su finca, contemplan el depósito de agua de Carbayín Alto. M.MENÉNDEZ

La obra del reputado ingeniero Ildefonso Sánchez del Río, por mucho que pasen los años, no deja de sorprender, incluso, a los más entendidos en la materia. El depósito de agua de Carbayín Alto, desde hace tiempo en desuso, es quizá uno de sus trabajos más desconocidos, pero no por ello menos valorados.

El arquitecto catalán Robert Brufau, uno de los principales conocedores y admiradores de Sánchez del Río, visitó la semana pasada Siero, con motivo de su intervención, junto al arquitecto municipal, Benito Díaz, en la rehabilitación del afamado Paraguas de la pola, también de Sánchez del Río. Y aprovechó su estancia para contemplar el depósito de agua de Carbayín Alto. "Es una pieza preciosa", destacó el arquitecto, que describe la pieza "como una copa de vino, con cinco metros de diámetro". Brufau no desperdició la ocasión para reclamar "que se rehabilite" porque, si no se actúa, asegura, "se va a morir de degradación".

Brufau apuntó que es también una obra que forma parte del legado que Ildefonso Sánchez del Río dejó en Siero. "Es un ingeniero que hay que poner en su lugar, en la primera línea" de los profesionales españoles. No duda de que sus intervenciones en el concejo permiten a sus vecinos poder presumir de tener "un patrimonio de primerísimo nivel".

Hay construcciones menos conocidas que el Paraguas o la Plaza Cubierta de la Pola, pero que igualmente tienen un gran valor arquitectónico, como es el caso del mencionado depósito de agua de Carbayín Alto. Es una imponente copa con forma de dodecaedro, por el cuerpo geométrico que componen sus doce caras, colocado sobre un majestuoso fuste, con una cuidada decoración en lo alto, como si fuera una exquisita copa de cristal en la que un sumiller saborea un buen vino.

Benito Díaz destaca, igualmente, la importancia de esta estructura de hormigón que fue un depósito en el que el agua entraba por bombeo y salía por gravedad. Su capacidad ronda los 300 metros cúbicos y antaño abastecía a las casas de Carbayín Alto. Fue construida en 1934 y tiene una altura de 10 metros. Además de resaltar el valor del fuste o pie, con "acabados sutiles y decoración bajorrelieve", subraya las características del techo de hormigón, "impresionante". Agrega que fue "una obra arriesgada en la época" y no olvida "la finura" de esta copa.

El arquitecto municipal reconoce que "probablemente sea la obra menos conocida" en Siero del ingeniero, que también desarrolló otras estructuras de agua como los depósitos de la Cebera (Lugones) y de Pola de Siero, también suyos.

La copa de Carbayín Alto se encuentra en la finca de Pilar Regueiro Freire y de Pachu Menéndez, junto a su casa y a su huerta. Los vecinos son conscientes de la relevancia arquitectónica de esta construcción. "Tiene mucho mérito y es una arquitectura muy guapa", manifiestan. Pero piden "que lo arreglen". Insisten en que "merece la pena" su rehabilitación, ya no sólo por su valor, también porque temen que con el deterioro acabe desplomándose parte de su estructura, causándoles algún daño.

Cuando se instalaron aquí, hace unos 40 años, ya estaba la copa -es de 1934-, pero no funcionaba como depósito. "Antes bombeaba el agua de los pozos a esta copa para el abastecimiento del pueblo, pero ahora está en desuso", indica Pachu Menéndez. Agrega que sí "funcionan las tuberías que suministran al Tronquedal". Pero insisten y se suman a la petición de Robert Brufau para acometer su recuperación: "tenemos miedo de que nos caiga encima".

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