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La cara generosa del "Marquesito de oro"

Nuevos documentos demuestran el reparto de bienes del rico hacendado quirosano Bernardo Terrero en el siglo XIX

Uno de los documentos de reparto de fanegas. R. F. OSORIO

Bernardo Álvarez Terrero, el mayor hacendado quirosano del siglo XIX, poseedor del 80% de los terrenos cultivables, pastables, ganados, casas y cuadras del concejo, también era generoso. Más de quinientas fanegas de maíz y centeno se reparten a centenares de sus colonos y arrendatarios en cuatro años, en la segunda mitad del siglo XIX. El Centro de Estudios Quirosanos rescata cuatro listados con muchos datos sobre ese asunto.

La aparición de varios listados de reparto de cereales y la enumeración de los beneficiarios corrobora los testimonios orales, antiguos, que hablaban de ese rasgo de esplendidez. Hay que tener en cuenta que la valoración de la escanda o el maíz, a mediados del siglo XIX, era cuatro y tres veces más que la que tenía la patata. El pago de las rentas se hacía en escanda, en proporción a la extensión de la finca arrendada. Cualquiera de los dos cereales eran básicos para la alimentación humana pues ambos eran panificables, se convertían en harina. El pan era el alimento principal en las míseras y pobladas casas campesinas de toda Asturias.

Los desconocidos cuatro listados son de distintos años (1862, 63, 64 y 1880). Están organizados por pueblos y en ellos consta el nombre del agraciado, a veces con sus motes, y la cantidad de cereal que le corresponde. Se reparten 535 fanegas de maíz y centeno entre centenares de colonos y arrendatarios de gran señor Bernardo Álvarez Terrero. Se solían distribuir durante el mes de junio o julio, cuando las provisiones del año anterior ya se habían agotado y los sembrados de maíz o escanda aun estaban en sazón, esperando la recogida en el mes de agosto.

En 1862, según los documentos hallados ahora, se compraron en Gijón 200 fanegas de maíz. Una fanega contiene poco más de 66 kilos. En ese año el rico quirosano distribuye entre sus arrendatarios de Lena y el pueblo de Villamejín (Proaza). El concejo quirosano, el más beneficiado por tener mayor numero de colonos, logra 123 fanegas que van a 27 pueblos. La mayoría de los agraciados se llevan media fanega, alguno obtiene una unidad y un único caso de dos fanegas. En los listados aparecen muchas viudas y menores.

Álvarez Terrero muere en 1.888. En sus testamentos los rasgos de generosidad son más numerosos. Perdona rentas y deudas. Entregas vacas, inmuebles y muebles a sus renteros y colonos. Deja dinero para dos instituciones docentes y fija la cantidad, astronómica para la fecha, de 15.000 pesetas para comprar maíz para los pobres del concejo. No consta de si los administradores cumplieron la voluntad.

Terrero tiene tras de sí una leyenda negra que le acusa, injustificadamente, de impedir pasar el ferrocarril por el concejo. Se decía también que se quedaba con fincas de formas poco éticas. El brillo de su oro escondido en su casona de Vil.lamarcel provocó su ruina, y sus rasgos de generosidad fueron olvidados. Los papeles presentan otra cara del "Marquesito de Oro".

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