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Una praviana, la única mujer en Asturias al volante de un camión grúa

"No hay trabajos de hombres ni de mujeres, sino de quien los pueda ejecutar", sostiene Vanessa González

Vanessa González, en el parque de Pravia. SARA ARIAS

"Soy menuda y tengo la limitación del físico, me cuesta más o menos, pero el trabajo sale adelante porque no hay trabajos de hombres ni de mujeres, sino de quien los pueda desarrollar". Así de clara se expresa la praviana Vanessa González, la única mujer conductora de un camión con grúa en Asturias para la retirada de la basura.

Una profesión que le encanta y con la que se siente satisfecha cada día al llegar a casa pese a los constantes comentarios machistas que recibe. "Hay que romper la barrera, no nos pueden seguir tratando como si no pudiéramos hacer el trabajo", advierte.

Desde que era una niña siempre se interesó por la mecánica y los motores. Y es que su padre, Celso González, tenía un taller en Pravia por donde ella siempre pasaba y reconocía herramientas, materiales y aprendía. "Quise hacer mecánica pero mi madre me echó para atrás, era lo que me gustaba porque es lo que había visto siempre". Pero no abandonó su pasión y hace diez años fue la primera conductora de camión de obras del Ayuntamiento de Muros de Nalón. "Luego ya me pasé al trailer", añade.

Trabajó con su camión durante años, lo dejó y estudió auxiliar de veterinaria, sector al que estuvo dedicada unos años. Y hace tres meses se convirtió en la primera mujer conductora de un camión-grúa de recogida de basura. "Es conducción, carga y descarga y lo hago todo sola", comenta orgullosa. Realiza varias rutas a la semana, en Gijón, la zona rural de Villaviciosa, Cudillero, Soto del Barco y por las Cuencas.

Desde que se ha subido ha recibido un montón de comentarios machistas. "Se van abriendo un poco las mentes. pero muy poco a poco. Van viendo que las mujeres podemos hacer lo que queramos, muchos están esperando en la ventana a ver cómo manejo la grúa, luego un señor me dijo un día, 'caray mocina, haceslo tú todo sola'. Pues claro, le dije". Pero también hay hombres que la apoyan, sobre todo sus compañeros.

"Me encanta lo que hago y cuando coges maña nada se pone por delante", dice. E indica que son los propios compañeros los que, con comentarios irónicos, ponen a los rescoldos machistas a pensar "o por lo menos les hacen cortarse". Pero también tiene que mantener las distancias con aquellos que aún no entienden qué hace una mujer al volante de un camión-grúa.

Mano izquierda

A esos los trata con mano izquierda y marcando las distancias "porque si no, te pisan, a veces tengo que ser brusca y cortante para que se pongan en su sitio porque como tengo buen carácter eso también les genera a veces confusiones", comenta. Es tal la unión entre las mujeres del sector que González asegura que cada vez que se cruzan se pitan aunque no se conozcan.

Además de la conducción, que le encanta, está satisfecha de trabajar para el reciclaje en Asturias pues es la encargada de retirar los contenedores azul y amarillo. Señala que son los pueblos del medio rural los más concienciados con el reciclaje. "Cada vez se recicla más y me cambió la idea que tenía porque en los pueblos son los que más lo hacen y siempre hay alguien que pregunta alguna duda".

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