"A pesar de la gravedad de la sentencia episcopal, los habitantes de Llanera no se arredraron y mantuvieron su postura a lo largo de cuatro años". Abel González Rodríguez, expresidente de la Coral Polifónica de Llanera y estudioso del concejo, anunció ayer la fiestas de los Exconxuraos con la lectura del pregón, en el que repasó sus recuerdos de infancia y juventud, y las fiestas parroquiales del municipio, y en el que resumió los hechos acontecidos entre 1408 y 1412 que desde el año 2000 se conmemoran en Llanera.

Cuatro años de excomunión por negarse a pagar los tributos a la Iglesia que estimaban abusivos. Así fue como durante cuatro años no hubo misas, ni bautizos ni comuniones, ni repique de campanas, hasta que el obispo Diego Ramírez de Guzmán levantó la pena de excomunión. "Como penitencia, veinte nobles y diez pecheros descalzos con jubones y sacos ceñidos con cuerdas y con candiles encendidos en las manos en singular peregrinación de Posada a Oviedo, asistieron a la procesión, misa y sermón en la Catedral".

Para el pregonero, la fiesta es en la actualidad símbolo de unión de las parroquias llanerenses y sus vecinos, sin albergar localismos, dijo. Y sacó pecho de su Llanera natal, donde vive y disfruta de la vida: "Concejo vital, emprendedor y dinámico, con un tejido asociativo social, cultural y deportivo muy numeroso, aunque individualista, que promueve un sinfín de actividades que la hacen atractiva".

Con una situación geográfica ideal y "con excelentes comunicaciones, hace que sea un concejo apetecible para vivir", añadió. Y, por último, animó a los vecinos y visitantes a disfrutar de los Exconxuraos, "y, como decimos los asturianos, coméi, bailái y bebéi -con moderación- dentro de un marco de alegría y sana diversión ¡Qué vos preste a todos!", concluyó.

Una fiesta que sigue hoy con mercado, festival folclórico y la recreación histórica de los Exconxuraos, a las 20 horas, seguida de la ya tradicional cena medieval. Una jornada para vivirla.