La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El horario de cierre y la organización de conciertos enfrentan a los hosteleros de Noreña

Soledad Mier exige al resto de locales que "cumplan la normativa", una demanda que sus colegas han tomado como un ataque a la competencia

Soledad Mier Cuenco, ayer, en su negocio de hostelería. MARIOLA MENÉNDEZ

En Noreña, las aguas andan revueltas entre los hosteleros. Se ha montado un gran jaleo por el horario de cierre y por la organización de conciertos. Una propietaria, que acaba de instalarse, exige que se cumpla la normativa escrupulosamente y el resto se lo han tomado como un ataque.

Soledad Mier Cuenco montó un negocio hace unos meses, para el que solicitó licencia de música amplificada, que le fue concedida, y le permite, entre semana, abrir hasta las tres y media de la madrugada y, los fines de semana, hasta las cinco y media. Los locales que son café bar, según ella, el resto de los que hay en Noreña, tienen que cerrar sus puertas a la 1,30 horas a diario y a las 2,30 horas, los fines de semana. Pero asegura que incumplen estos horarios y, por tanto, la normativa, mientras ella está pagando las licencias que le corresponden.

El problema deriva también de la organización de conciertos, pues sólo la categoría de café teatro, para la que el local ha de reunir determinadas condiciones, permite acoger espectáculos en vivo. Ella la está tramitando. Por eso en Noreña, según indica esta hostelera, ningún establecimiento puede acoger conciertos, aunque hasta ahora se hiciera la vista gorda. La Guardia Civil intervino en uno el jueves. "Es una competencia desleal porque nadie puede hacer conciertos. Hay que cumplir la normativa", exige.

Con todo este jaleo, el Ayuntamiento remitió un escrito a los hosteleros recordándoles las condiciones. Ella insiste: "no denuncié a nadie, pero lo voy a hacer porque veo que el Ayuntamiento no toma las medidas que debería tomar para que se cumpla la normativa. Sólo pido que se cumpla y que me dejen trabajar". Asegura sentirse en desventaja.

La propia Soledad Mier solicitó una reunión con la Junta Local de Hostelería, pero en lugar de calmarse los ánimos, estos se exaltaron aún más. Quienes están al frente de este colectivo atribuyen todo este lío a la "competencia" y aseguran que no están dispuestos a "aceptar este tipo de guerras entre colegas". Piden respeto entre unos y otros, y apartar los enfrentamientos porque quieren "vivir todos. Noreña era un pueblo súper tranquilo, en el que no teníamos problemas, y ahora sentimos una fiscalización total, y lo peor es que es por parte de una colega", lamentan.

Compartir el artículo

stats