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La Pola | Maravillas del mercado

El limón asturiano, muy valorado para ralladura

"Se venden bastante bien, aunque tanta humedad los está estropeando mucho", señala el productor Alejandro Muñiz

Alejandro Muñiz, con unos limones, en su puesto poleso. MARIOLA MENÉNDEZ

"Los de 4 estaciones se consideraron siempre como los limoneros buenos", destaca Alejandro Muñiz en su puesto semanal del mercado de Pola de Siero. "Dan cosecha todo el año", así que no es de extrañar que ahora haya árboles "en flor, con fruta madura y verde aún", todos al mismo tiempo.

Explica que "la costa asturiana, desde Carreño a Llanes, exportó muchos limones". Los suyos se cultivan en Gijón. Pero esta fruta en Asturias nace con sus peculiaridades con respecto a otras zonas de tradición limonera del país. El autóctono "tiene más corteza", aunque una vez que se quita del árbol se va volviendo más fina, indica Muñiz. "Afinan después de recogerlos", señala este agricultor, que agrega que a los asturianos tradicionalmente se les llamó los de "sidrón". Además, tiene un sabor algo más ácido y los cultivados en casa, como son los que se venden en el mercado poleso, tienen un olor más intenso.

"Se venden bastante bien porque sólo se dan en la costa" y en lugares del interior, como Siero o Nava, tienen demanda. El limonero requiere un clima suave como el del litoral porque los ejemplares jóvenes "toleran mal el frío y las heladas. Temperaturas por debajo de cero grados pueden hasta matarlos y es difícil sacarlos adelante", esgrime. Agrega que "mucha gente desconoce que hay limones y naranjas en Asturias desde hace siglos". Su ralladura es muy valorada en postres y hasta para infusiones. Es una fruta saludable, pero tanta humedad los "está estropeando mucho". Cotizan sobre los 1,5 euros el kilo.

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