El Festival de la Sidra de Nava tendrá este año como pregonero a alguien de casa, el cronista oficial del concejo, Leocadio Redondo. Después de varios años con pregoneros de fuera de la villa, la organización se ha decantado por una persona que conoce perfectamente la fiesta, entre otras cosas porque siempre ha estado ahí. "Yo tenía 22 años cuando hubo el primer festival, y casi puedo decir que estuve en todos", asevera Redondo.
Un festival de la sidra que ha experimentado algunos cambios, aunque no demasiados. Los primeros años, relata el cronista, "las autoridades traían una corbata impresionante, porque era una prolongación del sistema de festivales de entonces, respondía a aquella época", y había iniciativas como un concurso de arte y un concurso de literatura, que significaba que "desde el primer momento se quiso darle valor". También se premiaban, al principio, artículos de prensa en los que se hablaba de Nava o de la sidra.
El festival, recuerda Redondo, "nació de una costilla de San Juan, que era la fiesta consolidada", y por diversas circunstancias "la costilla se convirtió en algo vigoroso y San Juan fue decayendo". En cualquier caso, el festival, a su juicio "está muy afianzado", y además es algo muy de casa.
"Nava para otras cosas no se entusiasma fácilmente, pero el festival es un tema de conversación, siempre está presente, y los navetos se sienten muy identificados, lo ven como algo muy propio", asegura. El cronista recuerda unos años en los que la cita "generaba un rechazo porque había miedo a problemas de orden público", pero esos tiempos ya han pasado. Ahora, aunque sigue habiendo diversión, es más tranquila, y lo que prima es "que la sidra y los derivados tengan su lugar, que es lo que realmente importa".
Leocadio Redondo sostiene que la calidad de la sidra ha mejorado mucho, y defiende la sidra de nueva expresión: "no podemos cerrar las puertas al campo, hay mucha gente que tiene necesidad de diversificar el producto". Para más datos, el sábado a las ocho, en el pregón.
