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Zapatería, perfumería... y un poco de todo

El comercio Nina Blanco de Noreña cumple 90 años, una larga vida basada en "el trato personalizado, con cariño y respeto", a los clientes

La actual propietaria, María Rodríguez, la tercera generación en el negocio, y su madre, Nina Blanco. M. M.

La perfumería y zapatería Nina Blanco, de Noreña, está de aniversario. Acaba de cumplir 90 años. Fue el 4 de julio de 1928 cuando Florentino Rodríguez inauguró el negocio. Su nieta, María Rodríguez, que es quien hoy está al frente de la tienda y es la tercera generación, conserva aún los libros de ventas. En la primera hoja consta que el día de la inauguración se hizo una caja de 20 pesetas (unos 0,12 euros).

Reconoce que aquel comercio era muy diferente al de ahora. Era una droguería y vendía también material de construcción, pues entonces "era el boom", destaca la actual propietaria. En este tiempo, el negocio "ha evolucionado, sabiendo adaptarse a los tiempos" y a la demanda de los clientes. "Según lo que pide la gente y observando lo que quieren" es lo que van teniendo en cuenta. Ahora trabaja artículos de perfumería, cosmética, calzado, complementos y droguería.

María Rodríguez admite que "hubo tiempos mejores", de más ventas, pues ahora "es difícil llegar a los gustos y la forma de comprar de los jóvenes", que son propensos a acudir a internet para realizar sus compras. Así que sus clientes son los adultos. "Me toca jubilarme a los 100 años, pero me conformo con llegar a los 95", indica. Lamenta que no tendrá relevo generacional.

Su madre, Nina Blanco, que da nombre al establecimiento, también estuvo detrás del mostrador. Fue su esposo, Tono Rodríguez, quien heredó el negocio de su padre, el fundador. "Evolucionó muchísimo", reconoce la anterior propietaria. "Siempre tuvimos como un Galerías Preciados donde vendíamos de todo: electrodomésticos, televisiones. Sigue habiendo de todo, hasta quitamanchas y horquillas para el pelo", explica. La clave del éxito, dice, es "el trato personalizado, con cariño y respeto al cliente".

Bien lo sabe Nieves Gil, a quien María Rodríguez ayuda a probarse una pulsera. "Soy clienta de toda la vida y amiga, lo compro todo aquí". Además, trabajó en este comercio de Noreña durante 20 años. También apunta al "trato personalizado" como el principal motivo de que el negocio siga abierto 90 años después.

Isabel Muñiz es otra clienta habitual "porque son del pueblo y hay que dar de ganar a la gente de aquí, y por la atención", explica.

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