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"Soy muy de la Pola y de sus fiestas; allá donde voy, presumo de ser polesa"

"Para mí, el Carmín, además de la devoción a la Virgen, significa un lugar de encuentro, compartir, celebración, diversión sana y estar con los amigos"

Alicia Vallina, pregonera del Carmín. R. M. M.

Alicia Vallina Vallina (28 de febrero de 1976) ya tiene listo el pregón que inaugurará el jueves las Fiestas de Nuestra Señora del Carmen y el Carmín, de Pola de Siero. Doctora en Historia del Arte y Estudios del Mundo Antiguo, así como licenciada en Ciencias de la Información, es la directora técnica del Museo Naval de San Fernando (Cádiz). Los 900 kilómetros que separan sus lugares de origen y de acogida no impiden que siga sintiéndose polesa por los cuatro costados y orgullosa de sus raíces.

- ¿Ya tiene escrito el pregón que leerá el jueves?

-Sí, desde hace mucho tiempo. Suelo hacer las cosas con antelación y, además, lo tenía claro desde el principio. Me quería centrar en el gran patrimonio histórico de Siero y de la Pola.

- ¿Por ejemplo?

-En el pregón no puede faltar la referencia al origen de la fiesta, que es Nuestra Señora del Carmen, a su devoción y a la ermita que se construyó en 1695, de la que se cumple este año el 623.º aniversario. No puede faltar tampoco la iglesia de Pola de Siero, el parque como centro neurálgico de la ciudad en torno al cual se realizaba la vida social... Hay que hablar, además, del patrimonio inmaterial asturiano y, cómo no, de la sidra. Es importante por su candidatura a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El patrimonio engloba muchas cosas.

- ¿Viene con asiduidad?

-Voy menos de lo que me gustaría porque, al estar en Cádiz, me queda justo en la otra punta. Cuando estaba en Madrid me resultaba más sencillo ir.

- ¿Qué es lo que más echa de menos?

-Además de a la familia, la forma de vida del pueblo, que sales a la calle y en seguida conoces a alguien, te entretienes. El poleso tiene un carácter muy abierto, es muy generoso en los afectos, muy amable con los convecinos, con cualquier excusa tiene conversación, y eso se echa de menos. La fiesta une mucho y es un elemento muy característico y de esencia de la propia gente. Es un momento en el que compartes todo y une especialmente.

- Cuando está en la Pola, ¿qué le gusta hacer?

-Pasar tiempo con la familia y me gusta mucho dar una vuelta por la Pola, ir a tomar algo, dar un paseo por el parque, ver a los amigos, comprobar los cambios...

- ¿Cómo han afectado esos cambios a la fiesta?

-En su internacionalización y en ser una fiesta global en la que todos participan, que también es muy bueno. Siempre ha sido muy familiar. Recuerdo que subía con mis padres al prau y luego ellos se ponían con sus amigos y merendaban por un lado y nosotros, con los nuestros. Pero, de vez en cuando, les ibas a ver, tomabas un culete con ellos... y quizá eso se haya perdido más por la internalización y por esa globalización. Me sorprendió que se organizan autobuses con un precio cerrado, te hacen una foto en el prau, te dan un bollo y una botella... La fiesta se ha adaptado a los tiempos.

- ¿Qué significa para usted el Carmín?

-Lo primero, lo relaciono siempre con la festividad de la Virgen del Carmen, de la que mi abuela era muy devota, y nosotros íbamos a misa el domingo, se celebraba la procesión con la Virgen. Significaba un encuentro y una forma de agradecerle lo que nos había dado durante el año y que estábamos bien. Pero también, por supuesto, un lugar de encuentro y celebración, de diversión sana, con los amigos, de compartir, ponerte al día...

- ¿Por qué fiesta de la Pola tiene predilección?

-Pues no sé, soy muy de la Pola y muy de las fiestas de la Pola, no tengo predilección, me gustan las tres y cada una se celebra de una manera distinta. Le tengo especial apego a Comadres porque nací un día de Comadrines. Los Güevos Pintos también me gustan, tengo un montón de fotos vestida de llanisca, y el Carmín, con la devoción a la Virgen. Tienen en común que sirven para reunir a la gente en un ambiente de celebración y de encuentro.

- Este año será más especial el Carmín, ¿no?

-Claro, es una manera de agradecer y devolver un poco a la Pola lo que te ha dado como persona. Es bueno, bonito y especial. Me siento orgullosa y allá donde voy presumo de ser polesa.

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