Los elaboradores de sidra casera, en auge, despiden una campaña que ha acabado con calificación de regular. El tiempo inestable y la gran "cosechona" no han permitido que la bebida madurara como habría sido deseable. Muchos han tenido que corchar a pesar de que los mostos no hayan fermentado del todo, con la esperanza de que sigan evolucionando en botella, ante el temor de que el calor y los vaivenes meteorológicos los acaben estropeando.

"Estadísticamente hablando, esta cosecha se ha caracterizadopor bajas densidades en los mostos, o sea, poco azúcar y dificultades muy generalizadas en el proceso de fermentación", explica el llagarero casero y químico sierense Miguel Ángel Pereda. "Son sidras que no acababan de fermentar o que tienen restos dulces que indican que el proceso fermentativo no ha finalizado bien", agrega. Achaca estos problemas que tanto se han repetido este año a que el verano pasado orbayó demasiado, abundaron los días nublados y escasearon los soleados. "Eso se tradujo en que los árboles, muy cargados de fruta, no pudieron desarollar una actividad fotosintética suficiente y, como consecuencia, las manzanas tenían muchos menos azúcares que otros años", argumenta.

Esta deficiencia de azúcares y nitrógeno en los mostos acarrea problemas en su maduración. "La mayoría ya corchó, bien porque la sidra acabó las fermentaciones o bien por no alargar el proceso, pues te arriesgas a que se estropee", advierte Pereda. "En esta época, normalmente, tienes que haber corchado porque las temperauras se te disparan", agrega este llagarero casero de La Fresneda. Recuerda que, frente a los profesionales, "sólo hay una oportunidad de acertar" y, a pesar de ser muy cuidadosos durante el proceso, los elaboradores artesanales tienen menos medios para corregir defectos en la bebida.

A pesar de todo, destaca que "cada vez hay sidra casera de mayor calidad, se mejoran los procesos y vamos aprendiendo unos de otros".

Otro llagarero local, José Riestra, tesorero del Club Sierense Amigos de la Manzana, confirma que "la sidra no acaba de madurar", pero corchó confiando en que evolucione en botella porque "con este calor, estas nubes que cayeron, que remueve mucho la madre, y estas presiones bajas no son buenas". No se arriesgó a dejarla en el tonel. Tampoco lo hizo Beni Quidiello, de Feleches. "Este año la sidra está flojina, no acaba de hacerse; a ver si en botella avanza", apunta. "Corchamos por la preocupación del tiempo..."