María Luisa Viejo cumplía 90 años y su numerosa familia quería celebrar el evento aunque tuvieran que hacer el esfuerzo de hacer viajes desde distintos lugares de Europa que suman más de ocho mil kilómetros.

La casa de la nonagenaria, en La Aguadina, se llenó de coches con matrículas francesas, y la tranquilidad y el sosiego que reinan allí habitualmente se esfumaron por unos días. Sus siete hijos, cinco de ellos viviendo en distintas ciudades francesas; otra hija en Reino Unido y el más cercano, el pintor Florentino Menes, en Oviedo, se reunieron con la matriarca para celebrar la onomástica.

María Luisa Viejo nació en el pueblo de Vil.laxime en 1928. La mediana de tres hermanas, se crió con las labores del campo y ayudando a su padre, herrero. Se casó en el cercano pueblo de Ricao con Juan Menes y tuvieron siete hijos en un periodo de once años. Circunstancias laborales y políticas hicieron que buscaran un futuro mejor en Francia. Salieron el 14 de septiembre de 1963 a la ciudad de Roanne, La Loire. El patriarca de la familia se había ido el año anterior. Tuvieron los problemas de todos los emigrantes españoles en Francia. Un gran esfuerzo para sacar adelante una gran familia en un país extranjero. Pero nunca olvidaron Quirós.

Juan Menes murió en 1978 en su tierra, pero María Luisa no regresó a Quirós hasta 1987, compra la casa de La Aguadina, y allí se asienta hasta la actualidad. Hace unos años regresaba a Francia para pasar varios meses visitando a sus descendientes. Ahora los viajes los hacen sus hijos, que se acercan a verla en cuanto pueden. El viaje es muy largo en coche y aún más en autobús. Pero el esfuerzo mereció la pena.