La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

J. ÁNGEL MENÉNDEZ DÍAZ | Científico y divulgador, será el pregonero de las fiestas del Carbayu

"Si se hubiesen hecho los deberes, Asturias podría tener su 'Carbon valley'"

"El Lugones actual es muy cosmopolita: personas de muchas nacionalidades viven en armonía"

J. Ángel Menéndez Díaz. FERNANDO RODRÍGUEZ

Es licenciado y doctor en Químicas; divulgador, con miles de suscriptores en Youtube y vídeos que cuentan en millones sus reproducciones; investiga para el Instituto Nacional del Carbón de Oviedo (INCAR-CSIC) y emprende con una firma, Xerolutions, a la vanguardia tecnológica en lo que a producción y comercialización de materiales de carbono se refiere. Pero ante todo, J. Ángel Menéndez Díaz presume de ser lugonense, "todo un mérito". Por su dilatada y excelsa trayectoria, la Cofradía de Nuestra Señora del Buen Suceso le ha elegido como pregonero de las fiestas del Carbayu, que comienzan mañana.

- Le toca jugar en casa y, además, abriendo una de sus romerías más tradicionales. ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de estas fiestas?

-El primer recuerdo que tengo del Carbayu es de la escuela, porque aunque no soy del barrio, nací en Lugones, sí fui allí a clase. De la romería no lo sé. Los primeros, primeros... No los recuerdo, porque sería de crío. De lo que sí me acuerdo es de ir de adolescente, de la romería, el tiro, los coches de choque...

- Todo el mundo habla de la esencia de estos festejos. ¿Qué es eso para los de casa?

-Tienen algo. Es una fiesta típica, con lo clásico que tiene que tener una romería, ni más ni menos. Pero, curiosamente, siempre cae en un fin de semana con mucha competencia: suele coincidir con las piraguas (Descenso del Sella) y el Xiringüelu (Pravia) y, aun así, está siempre hasta arriba. No sé si será el entorno, la gente... Pero lo que está claro es que las fiestas del Carbayu tienen magia.

- La fiesta no ha cambiado tanto en las últimas décadas, pero ¿y el Lugones que dejó para irse a Estados Unidos a mediados de los 90?

-Ha vivido un cambio tremendo. En mi infancia y adolescencia era un pueblo donde nos conocíamos todos. Ahora, además de lo que haya podido crecer en cuestión urbanística, el cambio más grande que ha vivido es en la cantidad de gente que hay. Somos un pueblo muy cosmopolita, con gente de muchas nacionalidades que, además, viven en completa armonía. Es algo tan chocante como enriquecedor y un ejemplo de integración.

- El cronista oficial, José Antonio Coppen, siempre dice que Lugones estaba abandonado hasta hace unas décadas, en las que se ha vuelto una localidad más agradable. ¿Está de acuerdo?

-No sé si más agradable. Yo creo que es una localidad más moderna y hace 30 o 40 años era un núcleo rural. ¿Mejor o peor? A pesar del pesimismo reinante, yo creo que a mejor. Aun así, hay que decir que a nivel urbanístico es un lugar que podría mejorar mucho.

- ¿Con qué rincón se queda?

-Va a sonar a peloteo. Los lugares que más me gusta son el parque de La Cebera y el Puente Vieyu que, curiosamente, están en el entorno del Carbayu.

- Cambiando de tercio, trabaja para el Instituto Nacional del Carbón y ha fundado una empresa que genera carbón sintético. ¿Tiene futuro el mineral en Asturias?

-Es difícil de contestar. En mi opinión, las energías renovables tienen que acabar imponiéndose por motivos obvios. Parece que el Gobierno está muy por la labor de cerrar las minas y las térmicas y es algo que, seguramente, acabará pasando. Eso sí, a corto y quizás a medio plazo seguirá jugando un papel importante, aunque opino que hay que ir pensando en otros tipos de carbón.

- ¿Por ejemplo?

-Nosotros producimos un carbón sintético, en el Instituto hay gente que trabajo con grafeno, fibras de carbono... El carbón es un mundo muy amplio y con numerosas aplicaciones tecnológicas. Si se hubiesen hecho los deberes antes, igual que en California cogieron un desierto y lograron que fuese un foco de innovación como es Silicon Valley, nosotros podríamos tener nuestro "Carbon Valley". Disponemos de todo lo necesario: la tradición, la gente, los conocimientos y los centros tecnológicos y de investigación.

- ¿Qué está fallando entonces? ¿Es un problema político, de falta de inversión...?

-No tengo respuesta a eso. Desde luego, la clave está en la inversión. En España se invirtió mucho en fútbol: se trajeron a los mejores jugadores, se construyeron las mejores instalaciones y se tenía la mejor liga. Los frutos de eso es que fuimos campeones del mundo. Quizás si esa inversión se hubiese hecho en investigación, hoy seríamos los campeones del mundo en ello. El problema es que se tiene el concepto de que la investigación no es rentable, cuando sí lo es.

- ¿Hay margen para llegar a la cabeza de esa innovación y formar ese "Carbon valley"?

-Siempre hay tiempo porque, para empezar, es difícil saber dónde está la cabeza. Estos materiales son muy dinámicos y muy cambiantes, al igual que su aplicación tecnológica. Sucede como con los móviles: salen cosas nuevas continuamente. Ahora estamos con el grafeno, en poquísimo tiempo vete tú a saber qué se estará haciendo. Desde luego que, en este sentido, siempre se está a tiempo.

Compartir el artículo

stats