El mosquito "Aedes japonicus", una especie invasora considerada peligrosa por su capacidad para transmitir enfermedades víricas, fundamentalmente el virus del Nilo occidental, el dengue y el chikungunya, ya se ha asentado en España, y su presencia se ha constatado por primera vez en la localidad sierense de La Figarona, en la parroquia de Anes, a raíz de la información facilitada por un vecino.

Jorge Chachero, responsable de una empresa audiovisual de divulgación científica, se encontró en su casa de Anes con esos extraños mosquitos que le llamaron la atención. Debido a su profesión, está familiarizado con detalles de la naturaleza que quizás a otras personas les hubieran pasado desapercibidos.

"Me fijé que picaban y que volaban de día, algo inusual en los mosquitos de aquí, y después observé las marcas blancas en las patas; yo no ando buscando rarezas, pero éstos estaban en mi casa y me llamaron la atención", relata.

Conocía la plataforma Mosquito Alert, para identificar los insectos, e inmediatamente se puso en contacto con ellos. El biólogo catalán Frederic Bartumeus, director de la plataforma, explicó que Jorge Chachero les envió unas fotos, y ya entonces les pareció "que era un 'Aedes japonicus' ". Entonces le pidieron que capturase uno y se lo remitiese. Chachero cumplió su parte, atrapó varios ejemplares hasta dar con uno en unas condiciones que permitieran comprobar sus características, y los envió.

"Cuando nos llegó, lo enseñamos a un experto europeo que confirmó nuestras sospechas". Así fue cómo se constató que el concejo de Anes era el primer territorio en España en el que aparecía esta especie de mosquito.

Los mosquitos suelen dejar sus larvas en agua. Los expertos le preguntaron a Chachero si en su entorno habría empresas que pudieran tener neumáticos (una zona de acumulación de agua donde es habitual encontrarlos), pero no era ése el lugar en el que habrían aparecido, sino en unos bebederos de ganado próximos a la vivienda, donde el propio vecino encontró larvas de insectos, de los que un 10 por ciento aproximadamente resultaron ser de la especie invasora.

Entretanto, la plataforma daba aviso inmediatamente al Ministerio de Sanidad. "Hicimos con sus expertos una comprobación de campo". Fue en el fin de semana del 21 y 22 de julio, y comprobaron que había bastante presencia de los animales, más de lo que se esperaba. "De hecho, hallamos muestras en un radio de 10 kilómetros alrededor del foco de localización, que era un abrevadero en un área arbolada y con pastos: zona rural, húmeda y fría, el hábitat más adecuado para la especie".

Sin embargo, nadie ha percibido nada fuera de lo habitual. "Preguntamos a los vecinos de la zona si habían notado un aumento de las picaduras, y nos dijeron que no", explica.

Bartumeus señaló que incluso se sospecha que el "Aedes japonicus" haya llegado a Oviedo. "Ahora estamos revisando fotografías enviadas por otros usuarios en las que había discusión entre los entomólogos, enviadas en años anteriores, y podría ser".

Los expertos notificaron su descubrimiento a la Consejería de Sanidad del Principado, "que debe elaborar un plan para gestionar y atajar esta problemática", dado el mencionado potencial de transmisión de enfermedades víricas.

Esta especie de mosquito es originaria de Japón y de Corea. ¿Pero cómo llegó a Europa? El epidemiólogo Pedro Arcos, director de la Unidad de Investigación de Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo, explicó que a través del transporte internacional de mercancías, en neumáticos usados. "Las larvas, que se crían en el agua, quedan dentro. Es una zona oscura y con buenas condiciones para su proliferación".

Arcos señaló que el "Aedes japonicus" tiene varias características, como su facilidad para establecerse en zonas urbanas, pero además la hembra pica durante todo el día y no sólo al amanecer y al atardecer, como otras especies de mosquitos. Y además resiste bien los viajes de larga distancia, las temperaturas de invierno y aguanta estupendamente entre restos de basura. "Todas son ventajas para expandirse".

Además, Asturias tiene unas condiciones climatológicas "muy confortables para su asentamiento y reproducción. Nos estamos tropicalizando y estos mosquitos se encuentran bien en un rango de temperatura mínima de entre 18 y 20 grados y como máximo de 30. Y la humedad aquí, al llover tanto y ahora hacer calor, es ideal para ellos".

Lo que más preocupa a los expertos es su capacidad para transmitir enfermedades víricas. "Es muy difícil porque para eso deberíamos tener personas ya infectadas a las que picaran y que después fueran a picar a una sana. No tenemos esos enfermos, pero el hecho de que tengamos el elemento transmisor implica que hay que estar vigilantes", advirtió el director de la Unidad de Investigación de Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo.

Así se lo constataban los expertos de la plataforma al propio Jorge Chachero, que no se mostraba preocupado por la presencia de esta especie con tanto potencial peligroso en el entorno de su casa. "En un principio, los mosquitos no son peligrosos si no hay nadie en el entorno con esas enfermedades tropicales; los animales son muy difíciles de controlar, y lo único que podemos hacer es vigilar mucho las enfermedades, y cada vez que aparezca una persona con alguno de estos virus aislarla para que no la pueda picar ningún mosquito, porque si les picasen sí existiría un peligro real", sostuvo.

Tanto el descubridor como los expertos sostienen que no cabe alarmarse todavía, pero en cualquier caso sí es necesario estar muy alerta para evitar que la propagación de la especie pueda afectar a la salud de la población asturiana.