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Los vecinos del área residencial Siero Este decidirán el futuro de sus plazas

El municipio ha empezado a retirar los criticados laberintos de granito, debido a su insalubridad y su falta de seguridad

Las obras de demolición del laberinto de la plaza Salvador Fuente. MANUEL NOVAL MORO

Los dos laberintos del área residencial Siero-Este, situados en las plazas Salvador Fuente y Luis Díaz-Esnal, serán historia en el plazo de un mes. El Ayuntamiento de Siero comenzaba ayer las obras de demolición de los espacios construidos en granito, que se presentaban como una gran novedad cuando se desarrolló la zona, a mediados de la pasada década, y que, finalmente, resultaron ser un error y no contentaron a nadie. Una vez que concluya la demolición, el equipo de gobierno de Siero se ha comprometido a consensuar con los vecinos de la zona lo que se construirá en los espacios libres.

Así lo expresaba ayer el teniente de alcalde, Javier Rodríguez Morán, en una visita al comienzo de las obras. De hecho, el edil señaló que el derribo de los laberintos responde a la demanda vecinal. Los habitantes de la zona habían reclamado reiteradamente que se retirasen, tanto por su insalubridad como por la inseguridad que suponían para los niños.

El cuerpo del laberinto, construido en granito, resultaba muy difícil de limpiar y se encontraba siempre en malas condiciones. Además, en su parte central había ubicada una fuente que nunca llegó a funcionar y cuyo vaso era también un foco de suciedad.

Por otra parte, todo el perímetro del laberinto, que constituía un cuadrilátero, estaba formado por unos bancos de madera que desde muy pronto estuvieron en malas condiciones, con maderas rotas y metales a la vista, que lo convertían en un espacio poco propicio, sobre todo para los niños.

A pesar de su escaso éxito, los laberintos se habían construido con material de calidad. Rodríguez Morán dijo al respecto que el Ayuntamiento conservará los bloques de granito -así se empezaban a retirar ayer, en bloque- en los almacenes municipales para aprovecharlos para cualquier otro cometido.

El proyecto de derribo, costeado por el propio Ayuntamiento -que ostenta la titularidad de las plazas, una vez que las recepcionó de Sogepsa, la promotora del área residencial- tiene un presupuesto de 45.000 euros.

El diseño del área residencial Siero-Este comenzó en 1999, pero, por distintas vicisitudes, no se ejecutó hasta mediados de la pasada década. Eso provocó que su desarrollo fuera irregular. Porque los primeros edificios que se construyeron llegaron a tiempo para vender todas las viviendas, pero otros cuya construcción llegó más tarde tuvieron que enfrentarse a la crisis financiera y de la construcción.

En cualquier caso, los laberintos fueron, desde un principio, una especie de símbolo del descontento que generó el área residencial entre los vecinos, con numerosos errores de diseño -como el más evidente que hacía que algunos de los edificios tuvieran sus traseras mirando a las plazas, contra la lógica de crear un espacio urbano acogedor- que no contentaron a nadie.

Ahora, el Ayuntamiento tratará, con la nueva iniciativa y dando voz a los vecinos de la zona, de crear un espacio más habitable y mejor diseñado, de tal manera que las plazas tengan más uso. Porque lo cierto es que ambos espacios han estado hasta ahora carentes de vida, sin apenas uso. La elección consensuada con los vecinos deberá buscar lo contrario.

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