En Lugones tienen problemas para reciclar. Lucía Fernández tiene una frutería en la calle Conde Santa Bárbara y se queja de que no puede echar al contenedor azul las cajas de cartón de fruta porque han reducido la abertura hace unos dos meses y ahora no entran. Le cuesta romperlas porque son duras, así que optó por dejarlas junto al contenedor. Esa elección le supuso una desagradable sorpresa: la Policía Local le llevó un aviso de multa advirtiéndole que podían sancionarla con 750 euros.
La frutera explica que el problema surgió porque, junto a las cajas que dejó junto al contenedor, algún otro vecino depositó bolsas de basura y se lo adjudicaron a ella. En cualquier caso, ha aprendido la lección y no lo ha vuelto a repetir. Pero teme que otros residentes en la zona dejen más bolsas y le atribuyan a ellos esta acción.
"Me asusta que la gente deposite basura y la culpa sea para mí", teme Lucía Fernández. "Me preocupa que cualquier día me llegue otra multa", confiesa, aunque ella no haya vuelto a dejar nada fuera. Cada día suele juntar entre diez y quince cajas.
Esta frutera de Lugones también tiene problema con las cajas de madera, pues no sabe qué hacer con ellas. En la guía de reciclaje que tiene no hay ubicación para este tipo de basura. Descarta tirarlas al contenedor general porque "ocupo todo el espacio".
